La convención del Monte Palomar, de los ufólogos George Adamski, Truman Bethurum y Daniel Fry, reunió a miles de invitados como agentes del FBI, civiles, y alienígenas de Venus.
Hay teorías que afirman que los extraterrestres están entre nosotros, tal es el caso de Dolores Barrios, una misteriosa mujer que visitó la convención de Monte Palomar y muchos dicen es de origen venusino.
Todo comenzó el 7 de agosto de 1954, en el estado estadounidense de California, donde tres de los ufólogos más renombrados de la época hospedaron una de las más discutidas convenciones extraterrestres de la historia. Todos los presentes se reunieron en la cima del Monte Palomar para intercambiar historias de encuentros cercanos, y uno de ellos fue George Adamski.
El especialista en ovnis afirmó que los extraterrestres del planeta Venus son similares a los humanos; de hecho, eran tan parecidos que lograron infiltrarse en nuestras sociedades y hoy en día habitan entre nosotros. En su panel, Adamski presentó las intenciones y la estructura morfológica de los venusinos, al igual que los seres humanos, con sutiles diferencias. Para ilustrar su punto, el ufólogo presentó una pintura que era una representación artística de una mujer venusina.
Horas después, los presentes notaron a una mujer inusualmente hermosa en compañía de dos hombres. Los tres eran de piel clara y la mujer tenía cabello rubio, ojos negros y una formación craneal excesiva, con una extraña marca ósea en la frente. La apariencia física de estos asistentes era bastante similar a la descripción de los extraterrestres de Adamski. En cuestión de minutos, comenzó a correr el rumor de que los tres extraños eran venusianos disfrazados.
J oão Martins, un periodista brasileño que había volado a California para la convención, y quien decidió entrevistar a los tres sospechosos. La mujer le informó al notero que se llamaba Dolores Barrios, era una diseñadora de modas de Nueva York, y los dos hombres de su compañía, Donald Morand y Bill Jackmart, eran músicos residentes en Manhattan Beach.
El periodista pidió si podía sacar una foto de ellos, a lo que se negaron. Al día siguiente, sin embargo, Martins tomó una serie de fotografías de los tres. Esto pareció ser la última gota para los extraños, quienes se mostraron visiblemente molestos por ser llamados venusinos. Abandonando la convención, el trío fue visto caminando hacia el bosque que rodeaba la sede, para nunca más ser vistos.
Martins procedió a publicar la historia a lo largo de tres ediciones de "O Cruzeiro", una de las revistas más grandes de la época. Mientras la historia vendió bien, la credibilidad de Martins fue cuestionada, ya que fue el único que fotografió a estas tres extrañas personas en el congreso, aunque muchos de los que acudieron al congreso tenían cámaras. Por otro lado, a Adamski no le gustaban los rumores, asegurando que se trataba de gente que intentaba desacreditarlo disfrazándose de venusinos.
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