Margarita Rosa de Francisco, actriz colombiana que fue reina de belleza,cantante, modelo y siempre fue muy característica su belleza física, ojos azules, linda sonrisa, pelo abundante y una figura tonificada y bien cuidada; ahora a sus 57 años ha decidió hablar sobre un tema tabú para muchas mujeres: la vejez, por medio de su cuenta de Tiktok exhibió sus canas y arrugas, comentando que ya no desea ocultarlas.
Durante este video donde la actriz mostraba el paso de los años en ella, aseguró que daba la bienvenida con brazos abiertos a lo que ella llamó "el espectáculo de su propio envejecimiento", este video alcanzo hasta el momento los 7 millones de reproducciones, acumulando más de 126 mil likes, donde varias personas mostraron su apoyo hacia la actriz, tras esto Margarita tuvo una entrevista sobre este tema y lo que dijo sorprendió a varios.
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El tema de envejecer que a muchas mujeres asusta, pues cerca de los 60 años muchas mujeres se pueden sentir viejas, buscando de alguna manera quitarse años de encima, Margarita comentó que se "siente muy liberada y feliz" pues siente que tiene el derecho de tener esa cara.
“Yo me siento muy liberada. Me siento feliz. Eso no quiere decir que cuando me veo al espejo y me veo más vieja, a mí me parezca chévere. Hay muchas cosas que veo de mi cara que no me gustan. Pero yo me siento ya con el derecho a tener esa cara. No tengo que pedir permiso para tener esa cara que ha producido mi vida, que ha producido mi andar, mi sentir. Entonces, me siento liberada. Esa es la palabra. Me siento aliviada de no tener el deber de ser bella, ni de ser joven, ni de ser sexy”, dijo la actriz
Junto con estas ideas, Margarita que estudio filosofía, que tuvo una columna de opinión en el periódico más grande de Colombia y tiene un libro publicado. Reflexiono un poco sobre el temor de las mujeres a envejecer y aseguró que ahora mismo está viviendo una de sus etapas más felices.
“Creo que lo que aterroriza de la vejez, digo yo, a manera de paradigma, debe ser que la mujer que se envejece es una mujer que ya no puede fecundar. Es una mujer que ya, simbólicamente, pierde la capacidad de reproducir esta especie. Entonces es la cercanía con la muerte de la vida lo que determina el pavor a la vejez. Yo de joven nunca fui feliz, fui absolutamente miserable. Ahora me siento francamente dichosa”.
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JAM