PALU, Indonesia, 4 de octubre (EFE/AP).- Más de un millar de personas siguen enterradas bajo los escombros y el barro tras el terremoto que sacudió el viernes la isla indonesia de Célebes en el que murieron más de 1.400 personas, alertó hoy una ONG.
La estimación de la organización Aksi Cepat Tanggap (ACT), dedicada a la respuesta de desastres, compartida por otras organizaciones, se refiere al barrio de Balaroa, en Palu, la ciudad más afectada, que ha quedado reducido a una masa de barro, chapa y cemento tras el seísmo y las avalanchas de tierra que provocó.
“Hay casas unas encima de las otras y los cuerpos en el fondo”, dijo a Efe uno de los miembros de ACT en Palu, Ali Akbar.
El activista dijo que el equipo de su organización en Balaroa ha podido recuperar los cuerpos de un hombre y de una mujer de debajo de los escombros pese a señalar las dificultades de esa tarea, para la que disponen de poca maquinaria pesada.
También dijo que las dificultades a la hora de saber el lugar exacto donde se encuentran los cadáveres hace que los operarios de las pocas grúas disponibles tengan miedo de dañar los cuerpos.
Desde primera hora de la mañana, unos pocos familiares, vecinos, soldados y voluntarios buscaban entre la destrucción en esta barriada, en la que según ACT vivían unas 2.000 personas, y donde algunas zonas quedaron quemadas por incendios que se declararon tras el seísmo.
En Petobo, situado a unos siete kilómetros al sureste de Palu, decenas de casas más han quedado enterradas bajo el barro tras una de las avalanchas que siguió al terremoto.
La portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Palu, Iris Van Deinse, dijo hoy a Efe que entre 500 y 700 personas vivían en el pueblo, que prácticamente ha desaparecido.
Al sur de Petobo, equipos de rescate indonesios y de ONG intentan recuperar los cadáveres de decenas de niños que quedaron atrapados bajo otro alud mientras participaban en un campamento de estudio de la Biblia en el distrito de Sigi Biromaru.
El martes la Cruz Roja confirmó la muerte de 34 niños, de entre 13 y 15 años, en esa zona donde según uno de los empleados de la organización se rescató a 90 de los 200 jóvenes que estaban en el campamento.
Las autoridades indonesias elevaron hoy a 1.558 el balance de muertos de este desastre, que también ha causado más de 2.500 heridos, dañado más de 65.000 casas y desplazado a más de 70.000 personas, la mayoría de ellas en Palu, población de 350.000 habitantes.
El Papa Francisco envió una donación de 100.000 dólares para ayudar a la población afectada.
Señales de vida
Un equipo de rescate francés detectó señales de vida bajo los escombros de un hotel en el centro de la isla de Célebes.
Philip Besson, miembro de la organización francesa Pompiers de l’urgence, dijo que los sensores de alta tecnología del equipo “detectaron la presencia de una víctima” entre los escombros del Hotel Mercure de Palu, pero no tenía información sobre si la persona está consciente. El sensor puede detectar señales de vida, como la respiración y el ritmo cardiaco, comentó.
Nita Hamaale, cuya hermana de 20 años se cree está enterrada bajo los escombros del hotel, dijo que un traductor del equipo de rescate francés le dijo que no quería darle mucha esperanza. El traductor le explicó que es posible que otros factores, como gas entre los escombros, puedan resultar en una falsa señal de vida, comentó Hamaale a The Associated Press.
Besson señaló que el equipo de cinco personas solo tenía un taladro manual que no era lo suficientemente potente para llegar a la víctima, que estaba atrapada bajo grueso hormigón, por lo que tuvieron que suspender la excavación al caer la noche. Besson agregó que el viernes por la mañana traerán maquinaria pesada para tratar de rescatar a la persona.