WASHINGTON, EE.UU., 23 de agosto (AFP/EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, se está quedando sin margen para evitar un posible impeachment (juicio político) o que se enjuicie a miembros de su familia, indicaron expertos legales.
Las condenas por delito grave a dos exasesores otrora muy cercanos a Trump, demostraron el martes que sus ataques incesantes no han impedido que el fiscal especial Robert Mueller avance en la investigación sobre colusión con Rusia y obstrucción a la justicia.
Especialistas dicen que Trump tiene tres opciones, ninguna de ellas demasiado alentadora para el mandatario.
Cooperar con Mueller
Aunque repetidas veces ha dicho que no ha cometido ningún delito, Trump ha tratado de desviar y demorar la investigación, y ha evitado por meses ser indagado por el fiscal especial Mueller.
Si verdaderamente no tiene nada que esconder, es una mala estrategia, dice Eric Freedman, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Hofstra.
Así, podría apuntalar la campaña de la Casa Blanca, que tilda de “cacería de brujas” a la investigación de Mueller, dijo Freedman.
El camino sugerido por el catedrático requeriría que Trump retire su apoyo a excolaboradores como el exjefe de campaña Paul Manafort, condenado el martes por fraude fiscal y bancario.
Entonces, Trump podría decir que está “drenando el pantano” de la corrupción en Washington y ponerse “bajo un manto de buen gobierno”, argumenta
Freedman.
Pero Trump solo tuvo elogios hacia Manafort por enfrentar el juicio. Robert Bennett, un experimentado abogado defensor de Washington que trabajó para el entonces presidente Bill Clinton en la década del ‘90, cree que es demasiado tarde para cambiar de rumbo.
Una indagatoria de Mueller sería peligrosa para Trump, para quien claramente es difícil atarse a un libreto. “Él no podría cooperar sinceramente sin autoincriminarse, a mi entender”, señaló Bennet.
Cooperar también podría poner al presidente en una posición difícil si, como piensan muchos, su hijo Donald Trump Jr. u otros miembros de su familia quedan bajo la lupa de Mueller.
Atacar y comprar tiempo
El desafío más inmediato para Trump son las elecciones del 6 de noviembre, ante la amenaza demócrata de hacerse del control de las dos cámaras del Congreso. Trump necesita evitar que eso ocurra, para evitar tener un Congreso dispuesto a llevar adelante su impeachment.
Su estrategia actual ha sido convencer a los votantes que la investigación de Mueller es una operación ilegítima de la oposición, para quitar apoyo a los republicanos. Pero según las encuestas, esta estrategia parece haber tenido éxito limitado.
Adicionalmente, la Casa Blanca solicita a Mueller cumplir con una disposición del Departamento de Justicia que impide a los investigadores tomar medidas que puedan afectar a los candidatos durante los 60 días previos a una elección.
Michael German, un exagente del FBI ahora en el instituto Brennan Center for Justice, opina que esto no impediría el avance de Mueller.
“El cumplimiento de la ley no frena todas las investigaciones 60 días antes de una elección”, dijo German. “No veo que nadie relacionado con la elección de noviembre tenga que ver con los que están siendo investigados”.
Si Trump, o cualquiera de su familia acusado con cargos pudieran estancar su caso vinculándolo a cuestiones constitucionales, eso podría demorar hasta dos años en resolverse. Es decir, hasta el final del mandato de Trump.
“No importa el resultado, él probablemente estará mejor”, señaló Bennet.
La “opción nuclear”
Por último, Trump podría echar a Mueller y cerrar la investigación. De hecho, el mandatario ha amenazado en hacerlo, pero se ha detenido ante advertencias de legisladores de que eso podría llevarlo a un impeachment.
La “opción nuclear” no ayudó al presidente Richard Nixon cuando echó al fiscal especial del Watergate, Archibald Cox, en Octubre de 1973. Esa acción, en cambio, erosionó su apoyo y el reemplazante de Cox continuó avanzando en el caso hasta que Nixon, casi un año después, renunció ante un posible impeachment.
Profecía de Trump
En su entrevista con Fox News, Trump también reaccionó a las especulaciones sobre un eventual proceso de destitución en su contra a raíz de las acusaciones de Cohen, quien este martes dijo que el mandatario le pidió que pagara a dos mujeres para que no hablaran de sus supuestas relaciones con el entonces candidato republicano.
“Si se me sometiera a un proceso de destitución, los mercados (financieros) se hundirían. Creo que todo el mundo sería más pobre”, afirmó Trump en la entrevista.
“No sé cómo se puede censurar a alguien que está haciendo un gran trabajo (...) Se verían números que no creerían, en retroceso (de abrirse el juicio político)”, agregó.
Rudy Giuliani, abogado de Trump, también advirtió contra ese proceso durante una entrevista con el canal británico Sky News.
“Solo se le podría someter a un proceso de destitución por razones políticas, y el pueblo estadounidense se rebelaría contra eso”, opinó Giuliani.
La oposición demócrata ha evitado dar alas por ahora a esa posibilidad, dado que, aunque el proceso se iniciaría en la Cámara Baja -que los progresistas confían en recuperar tras las elecciones de noviembre-, después se necesitarían dos tercios de los votos en el Senado para expulsar a Trump de la Casa Blanca, algo difícil.