Alfredo García
Acosado por la baja popularidad, numerosos conflictos internos y el fortalecimiento de la alianza estratégica China-Rusia, el presidente Donald Trump busca un respiro en la única decisión sensata que ha tenido en sus dos años de mandato: las negociaciones de paz con Corea del Norte.
En esa histórica cumbre en Singapur el pasado mes de junio para examinar el tema de la desnuclearización de la península coreana y la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países, Trump se comprometió a ofrecer garantías de seguridad al gobierno de Pyongyang y el presidente Kim Jong-un reafirmó su compromiso para completar la desnuclearización de la península coreana. Sin embargo, al final del encuentro, ambos líderes firmaron un acuerdo genérico que no incluyó un período de tiempo o mecanismo para verificar el seguimiento del proceso.
Después de cierto estancamiento que siguió al inesperado encuentro, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, rompió el hielo y envió una carta al presidente Trump solicitando un seguimiento a las negociaciones de paz. “Muy cálida, muy positiva”, declaró la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, sobre el contenido de la misiva norcoreana. “El propósito principal de la carta, era solicitar y buscar programar otra reunión con el presidente, a la que estamos abiertos y ya estamos coordinando”, aseguró Sanders.
Al mismo tiempo trascendió que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, artífice del acercamiento pacífico entre las dos Coreas, abrió una oficina de contacto en la ciudad norcoreana de Kaesong. “Esta oficina es un canal de comunicación permanente en la nueva era de la paz. A partir de hoy podemos mantener consultas las 24 horas del día y los 365 días del año para seguir avanzando en las relaciones intercoreanas, la paz y la prosperidad de la Península”, declaró el ministro de Unificación surcoreano, Cho Myoung-gyon.
La reanimación de las negociaciones entre Washington y Pyongyang, se producen en un positivo contexto político por el desfile del 70 aniversario de Corea del Norte, donde a diferencia de otras ocasiones, no se exhibió armamento ofensivo ni se acompañó de amenazas apocalípticas de represalias contra EU. Contrastando con su congénita irascibilidad, el presidente Trump escribió a través de Twitter: “Corea del Norte acaba de organizar su desfile, celebrando el 70 aniversario de su fundación, sin la exhibición habitual de misiles nucleares. El tema fue la paz y el desarrollo económico”. En otro Twitter, Trump añadió: “Los expertos creen que Corea del Norte dejó fuera los misiles nucleares, para mostrar al presidente Trump su compromiso con la desnuclearización”, escribió optimista el mandatario. En el tradicional desfile, Corea del Norte desplegó soldados, tanques y otras armas defensivas, pero no mostró misiles intercontinentales, ICBM.
Especialistas consideran que el reciente acuerdo de alianza entre China y Rusia, incluirá la adopción de una posición común de respaldo a Corea del Norte en su contencioso con Washington, lo cual añade una presión incómoda al presidente Trump para reiniciar su estrategia negociadora con el líder norcoreano. Señal de este nuevo desafío se presentó en la ONU el pasado jueves, cuando la embajadora de EU, Nikki Haley, acusó al gobierno ruso de intentar “obstruir” la publicación de un informe sobre violaciones al bloqueo internacional a Corea del Norte.
La carta de Kim a Trump, llega en momentos en que el presidente Moon prepara una visita a Pyongyang para impulsar las empantanadas negociaciones iniciadas en Singapur. Moon sostendrá 3 días de conversaciones con el presidente Kim y después viajará a Nueva York para reunirse con Trump en la Asamblea General de Naciones Unidas.