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Internacional

El rey de la distracción

Pedro Díaz Arcia

Un importante encuestador republicano, Neil Newhouse, presentó un panorama sombrío en una reunión en la Casa Blanca al enfatizar que el factor determinante en la contienda del 6 de noviembre será el sentimiento de los votantes respecto a Donald Trump y no el mejoramiento de la economía o el aumento de empleos. El estudio, encargado por el Comité Nacional Republicano, fue debatido a principios de mes, en medio de crecientes preocupaciones.

El especialista sugirió que la campaña apelara a los electores republicanos moderados y a los independientes. Mientras que Karl Rove, quien se desempeñó como estratega político principal del presidente George W. Bush, recomendó no presentar a los demócratas como “blandos” en el tema migratorio o a favor del alto gasto público en atención médica, porque es una “mezcla tóxica” para esos electores que apoyan políticas republicanas. Lo cierto es que crecen los temores en las filas rojas.

Los últimos sondeos favorecen a los demócratas para ganar la Cámara de Representantes donde los republicanos cuentan con 238 asientos de un total de 435. El Partido Demócrata cual tendría que obtener 23 más que los que tiene para lograr la mayoría. Lo que parece posible ya que es la cantidad promedio que pierde el partido de un nuevo presidente en las elecciones de medio término. En el año 2010, Barack Obama perdió 63 sillas.

Algo distinto sería en el Senado donde la diferencia es mínima. Los republicanos cuentan con 51 asientos, los demócratas con 47 y los dos restantes son independientes que se les unen. Pero la batalla por cada puesto en la Cámara Alta será “como una pelea con cuchillos en un callejón”, según advirtió su líder mayoritario. La sentencia podría extenderse a la pugna por el Congreso.

Si la Cámara de Representantes o el Senado son controlados por los demócratas, el presidente perderá capacidad para cumplir su agenda gubernamental. Sus opositores estarían en posibilidad de bloquear nominaciones presidenciales y acelerar investigaciones en su contra. Tampoco sería aquello de coser y cantar, porque no podrían promulgar leyes a su antojo pues podrían ser vetadas por el Ejecutivo. Es decir, un Congreso con las manos casi atadas.

No hay seguridad alguna, Trump desconfía de las encuestas. Sin embargo, sus asesores lo instan a destacar los aspectos positivos logrados por su gobierno; además, cuando existe el temor de que la coalición de electores que lo llevó a la Casa Blanca no salga a votar en noviembre. Incluso, algunos expertos opinan que aún si éstos acudieran masivamente a las urnas, los republicanos podrían no alcanzar la votación necesaria. A lo que se suma que este tipo de contienda no tiene altos índices de participación.

¿Habrá un “voto de castigo” contra Trump?

En el laberinto de las especulaciones, apareció el famoso cineasta estadounidense, Mike Moore, con el fatídico pronóstico de que cree que el presidente, al que califica como un “genio malvado”, será reelecto en 2020. “El descubrió cómo ganar al perder la elección. ¿Cómo pasó esto?”, dijo Moore. “El es el rey de la distracción. Si hemos aprendido algo hasta ahora, es que él hace cosas para que la gente mire hacia otro lado”, aseguró a CNN al promocionar su película “Fahrenheit 11/9” que se proyectará en los cines el próximo jueves.

Recordemos que Moore vaticinó en 2016 que el magnate vencería a Hillary Clinton. ¡Ojalá, que ahora se equivoque!

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