LONDRES, Reino Unido, 9 de enero (EFE).- El Parlamento británico retomó hoy el debate sobre el acuerdo del Brexit con escasas perspectivas de que una mayoría vaya a respaldar el texto y con una renovada presión sobre la primera ministra, la conservadora Theresa May, para que presente un plan alternativo si pierde la votación.
La Cámara de los Comunes prevé evaluar el acuerdo durante cinco sesiones y votarlo el próximo martes, aunque una parte de los conservadores y sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) se continúan oponiendo, la misma falta de apoyos que llevó a May a posponer la votación en diciembre.
Los parlamentarios incrementaron hoy el control que ejercen sobre el proceso de salida de la Unión Europea (UE), al aprobar una cláusula que obliga a May a ofrecer un “plan B” tres días después de que el acuerdo resulte, eventualmente, rechazado.
La enmienda fue puesta sobre la mesa por un diputado del propio Partido Conservador, dividido en al menos tres facciones: los proeuropeos que defienden un nuevo referéndum, aquellos que respaldan el pacto propuesto por su líder y jefa de Gobierno, y el ala más euroescéptica, que ve con buenos ojos una salida sin acuerdo.
Algunos conservadores ya se habían aliado ayer con la oposición para aprobar otra disposición que limita el poder del Gobierno para recaudar impuestos en caso de que el Reino Unido rompa con la UE el próximo 29 de marzo de forma no negociada.
Si el Parlamento rechaza el pacto el próximo día 15, los diputados podrán además agregar enmiendas a la nueva hoja de ruta que deberá presentar la primera ministra, lo que puede facilitar que sometan a votación opciones alternativas como celebrar un segundo plebiscito o posponer el Brexit.