Internacional

Por Pelayo Terry Cuervo

El Gobierno cubano anunció, el martes último, la entrada en vigor de nuevas medidas económicas dirigidas a potenciar el desarrollo de la industria nacional, permitir la importación por personas naturales y ampliar las posibilidades de compra de los ciudadanos dentro del país, en medio de un contexto de recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra la mayor de las Antillas.

Dentro del paquete que comenzará a aplicarse a finales del actual mes, está la posibilidad de que las personas puedan crearse cuentas en moneda libremente convertible (MLC) en el sistema bancario nacional, a través de tarjetas magnéticas, con las cuales podrán a acceder a un grupo de 77 establecimientos comerciales que venderán equipos electrónicos y electrodomésticos y piezas y accesorios de vehículos automotores sólo en MLC, pero sin que pueda utilizarse efectivo en tales transacciones.

Como era de esperar, las dudas, preocupaciones y opiniones han abierto muchas preguntas sobre este paso del gobierno cubano, y quizá una de las interrogantes más repetidas es si el país va camino hacia una dolarización de su economía.

Ante tales cuestionamientos, el ministro de Economía y Planificación del archipiélago, Alejandro Gil Fernández, ofreció una amplia explicación sobre el asunto en el más reciente programa televisivo Mesa Redonda.

Los diarios Por Esto! ofrecen a sus lectores una amplia versión de sus palabras, con el propósito de contribuir a una mayor comprensión sobre el rumbo por el cual comenzará a transitar la economía cubana en unas pocas semanas.

“Primero, nosotros mantenemos las dos monedas nacionales con las que opera la economía, o sea el peso cubano conocido como CUP y el peso convertible (CUC). Aquí se está hablando de vender en divisas, no de eliminar las monedas nacionales, ni de utilizar el dólar estadounidense como la moneda de curso legal en el país, estamos hablando de una venta determinada de un grupo de artículos.

“La población puede seguir adquiriendo en CUP y en CUC productos de línea económica, pues se mantienen los mercados de comercio interior y las cadenas de tiendas trabajando en las monedas nacionales.

“Debemos dar el paso y trabajar con divisas, básicamente por la necesidad de garantizar una sostenibilidad y un reaprovisionamiento de estos productos, teniendo en cuenta las prioridades que tiene la economía en la ubicación de las divisas de las cuales disponemos.

“Al hablar de dolarización viene a la mente el uso del dólar. La ministra presidenta del Banco Central de Cuba explicó que no es solo el dólar, también se aceptan otras monedas desde el punto de vista de las transacciones, lo que es la alimentación de las cuentas, y nosotros utilizamos el dólar como una moneda de referencia para los precios, porque no se puede poner el precio de un artículo en dólar, en euro, en libra esterlina o peso mexicano.

“Esto tiene que ver, también, con ir transitando en la economía de un mecanismo muy centralizado y administrativo en la asignación de divisas a nuestro sistema empresarial, a uno más financiero, menos administrativo y centralizado de la distribución y asignación de divisas en el sistema empresarial.

“Voy a poner un ejemplo. Hoy, de los ingresos por exportaciones que tiene el país, asignamos divisas al sector empresarial para importar, por ejemplo, le damos divisas a Alimport para que importe trigo y le damos divisas a las cadenas de tiendas para que importen electrodomésticos o productos de aseo, le damos divisas a la industria para que importe materias primas, para producir jabón y no por eso la economía se dolariza.

“O sea, esos dólares entran al país y los utilizamos mediante una asignación administrativa al sector empresarial en función de las disponibilidades que tiene la economía para que importen materias primas y productos terminados y den ofertas de bienes y servicios a la población.

“Aquí, en la propia concepción de ir avanzando a una asignación menos administrativa, lo que sucederá es que la fuente de asignación de la divisa no será centralizada, o sea, la divisa le va a llegar al sistema empresarial mediante su gestión, bien sea para importar, para reaprovisionarse o para la propia industria nacional para producir. En vez de venir la divisa por la canal de la cuenta central del país, las empresas van a tener la posibilidad de recibir esa propia divisa para el reaprovisionamiento, de la comercialización que hagan de esos productos de alta gama y eso nos va a permitir mantener un nivel de oferta.

“No se dolariza la economía cuando le damos a Alimport centralizadamente para que importe trigo, y no consideramos que se dolariza tampoco cuando permitimos que haya una entrada de divisas al país que hoy están saliendo de la nación, con el objetivo de que drene hacia la industria nuestra y hacia el sector empresarial para, con esa misma divisa, mantener el reaprovisionamiento.

“Es cierto que se incorpora una moneda más, no efectivo, no se está planteando que va a circular el dólar en la economía como una moneda en efectivo, ni se van a dar vueltos en dólar, ni se va a hacer transacciones en efectivo en dólares, más bien lo que estamos buscando es captar esas divisas que hoy salen del país mediante la función del comercio electrónico, que se queden en nuestro sistema empresarial.

“En las últimas semanas hemos venido explicando un grupo de decisiones asociadas a que el sector empresarial pueda autogestionar sus divisas, porque ya las empresas que le venden a la Zona Especial de Desarrollo Mariel retienen una parte de la divisa que cobran por esa venta. Las empresas que le venden al turismo y a Tabacuba, pueden retener una parte de la divisa que cobran y no se trata de dolarizar o redolarizar la economía, se trata de crear incentivos hacia lo interno del sistema empresarial para ir transitando de mecanismos muy, muy administrativos en la asignación centralizada de divisas.

“Cuando nos enfrentamos a las prioridades de la asignación administrativa, miramos a los alimentos de línea económica, los medicamentos, los productos básicos de aseo, a la generación de electricidad, a los insumos para el transporte público, entonces estas otras actividades tienen que buscar espacio de autogestión para poder disponer de los recursos para su desarrollo y crecimiento.

“No tenemos la pretensión ni mucho menos de eliminar las monedas nacionales ni ampliar las ventas en dólares ni en cualquier moneda extranjera al resto de la red minorista, ni de ir ganando más espacio en las ventas en dólares, ni de dejar circular el efectivo en dólares, esa no es la pretensión.

“La pretensión es que podamos captar esa divisa, mantenerla en el país, que por la vía del comercio electrónico, evitando las transacciones en efectivo, le pueda llegar a nuestro sistema empresarial de manera descentralizada, sin tener que depender de asignación central del país, y que pueda nutrirse de esas divisas y generar productos y estar en capacidad de dar respuesta a esa demanda que tiene un segmento de la población con capacidad adquisitiva para poder demandar esos productos y servicios.

“No va contra con el Lineamiento de la Política Económica y Social que plantea que el país va hacia una unificación monetaria. En eso seguimos avanzando, no se ciñe con ese concepto, todo lo contrario, estamos buscando la manera de proteger y fortalecer nuestra industria y nuestro comercio minorista, utilizar más a favor de la economía el motor especial que representa la demanda interna y eso nos pone, incluso, en mejores condiciones, para el proceso de unificación monetaria”.

En cuanto a si las medidas sólo benefician a los que tienen dólares o divisas convertibles o es un proceso que tiene en su propósito impactar en el ciudadano común, el ministro Gil aseveró enfáticamente.

“Todo lo que hacemos en función de la economía beneficia a todo el pueblo. Si medimos el beneficio sólo por la capacidad que tenemos de comprar determinado artículo, bueno pues obviamente esto no es una medida que tenga un alcance nacional, no son productos subsidiados, que tengan un precio asequible para todos los segmentos de la población, como no se accede hoy. Hoy lo importan las personas naturales y tampoco es un producto que todo el mundo pueda comprar, o sea, no intentamos resolver ese problema con esta medida, no es posible hacerlo.

“Disponemos de un nivel de inventario que nos va a permitir crear esa base a partir de la propia comercialización. No podemos verlo sólo sobre la base de que se tomó una decisión de que ahora van a vender televisores en dólares y como yo no tengo dólares esa medida a mí no me beneficia y no tiene nada que ver conmigo. Aquí, como se ha dicho, todo lo que hacemos en función del impulso a la economía es pensando en el pueblo, es buscando la manera de crear mejores condiciones para una redistribución hacia lo interno del país de esas divisas en función de las principales prioridades y beneficios sociales.

“Todos nos beneficiamos, a nadie afecta. Es una opción más que tenemos y todos nos beneficiamos de la medida, unos más directamente, otros más indirectamente, e incluso con estas decisiones podemos generar empleo, podemos reactivar empleos que hoy tenemos con baja capacidad en la industria, mejorar salarios a partir de la vinculación de los resultados con los salarios, por lo tanto de una manera o de otra, nos pasa igual que con el incremento del salario al sector presupuestado, que puede haber que diga, bueno, como yo no trabajo en el sector presupuestado, a mí la medida no me benefició.

“El que no trabaje en la industria, no tenga directamente ninguna posibilidad, pues tiene el beneficio de la justicia social nuestra a partir de la redistribución de esas divisas en función de toda la población.

“No hay ninguna afectación ni se está imponiendo restricción ni nada que se afecte en ese sentido, es una opción más que le estamos dando a nuestro pueblo, ese segmento que tiene capacidad adquisitiva para adquirir estos recursos tiene un beneficio más directo, pero los principios de nuestra economía y de nuestro modelo económico y social es que todo lo que hacemos es siempre pensando en función de la población y repartiendo entre todos lo que tenemos.

“En la forma en que está funcionando en este momento, ni tampoco lo puede adquirir todo el mundo, eso es bastante exclusivo, ni se beneficia la economía, porque prácticamente el ciento por ciento de esa divisa sale del país y todo lo que entra es importado, no hay ningún agregado o componente de la industria nacional que se beneficie de esas divisas que hoy están circulando en la economía, por lo tanto todo lo que hagamos en ese sentido es para bien.

“Con ninguna medida específica podemos decir, esta medida va a traer tal beneficio de tal magnitud que vamos a resolver todos los problemas que tiene la economía. Tenemos que ir gradualmente implementando decisiones que vayan con una coherencia, con una lógica, pero nos parece que esta medida tiene un impacto muy positivo y sobre todo ayuda en que vamos avanzando en que la economía se conduzca cada vez más por instrumentos financieros y no por decisiones administrativas. Esto va ampliando las posibilidades del sector empresarial en función de autogestionarse a partir de sus propios resultados y beneficia a todo el pueblo, más directo o menos directo, pero es una medida que no genera ningún tipo de afectación y que tiene un beneficio sobre todo por la vía de la redistribución.

“Muchas veces decimos es importante la tasa de crecimiento de la economía, el PIB, es verdad, y todo eso es importante, pero tan o más importante es cómo se distribuye esa riqueza y en ese sentido no somos segundos de nadie, todo lo que hacemos es en función de esa redistribución para el beneficio de toda nuestra población”, concluyó el titular del Economía.