Alfredo García
Precedido del bien ganado prestigio por el papel jugado con Turquía en el conflicto sirio y en agudo contraste con el cuestionamiento interno e internacional que rodea al presidente Donald Trump, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibió a más de 40 líderes africanos entre ellos 43 presidentes o primeros ministros en la primera cumbre Rusia-Africa, que tiene como sede la localidad turística de Sochi a orillas del mar Negro.
“Africa es una de las prioridades de la política exterior de Rusia”, declaró Putin. “Estamos listos para participar en la competencia por la cooperación con Africa”, agregó al dar la bienvenida a la nutrida representación africana. Trascendió que en el encuentro de alto nivel, se alcanzaron acuerdos comerciales por valor de unos 12,500 millones de dólares. Rusia espera que el comercio con los países africanos crezca un 20% el próximo año.
En un foro paralelo a la cumbre donde participan centenares de personalidades de la región africana, se espera examinar posibilidades de que aviones y barcos rusos comiencen a utilizar puertos y aeropuertos de países africanos. El presidente egipcio, Abdel Fatá Al Sisi, segundo receptor mundial de ayuda militar de EU, afirmó: “Rusia es uno de los principales actores en la arena internacional y un sincero amigo de los países africanos”.
En 2018 las exportaciones rusas a países africanos alcanzaron los 20,000 millones de dólares, el doble que en 2015. Sin embargo las cifras se encuentran aún lejos del volumen comercial de los países africanos con la Unión Europea, UE, (334,000 millones de dólares) o China (204,000 millones) en 2018. La empresa estatal rusa, Rosneft, tiene proyectos en Mozambique y Egipto, el grupo de empresas Alrosa, líder en la producción de diamantes, tiene inversiones en Botswana y Angola; Rusal, productor de aluminio, explota minas de bauxita en Guinea; mientras Rusia exporta productos alimenticios y de defensa.
En los últimos años Moscú ha firmado acuerdos de cooperación militar con más de 30 países africanos, por valor de unos 14,000 millones de dólares. Según datos del Servicio Federal de Cooperación Militar-Técnica, Africa supone más de 1/3 de las exportaciones de armas rusas, en particular hacia Egipto, Argelia y Marruecos. “Hemos apoyado la construcción de nuestro Ejército en la compra de buenos equipos rusos, aviones, tanques... Y queremos comprar más”, dijo el presidente de Uganda, Yoweri Moseveni, al término de su reunión bilateral con Putin.
La antigua URSS se destacó por la solidaridad internacionalista con el movimiento de liberación nacional de las antiguas colonias africanas y los gobiernos posteriores a su independencia. “Rusia y Africa están unidas por tradicionales lazos de amistad. Nuestro país secundó de forma consecutiva los movimientos nacionales de liberación emprendidos por los pueblos africanos y contribuyó sustancialmente a la formación de los jóvenes Estados, el desarrollo de sus economías y la creación de sus Ejércitos”, recordó Putin.
Según el servicio de noticias ruso, Sputnik: “La estrategia de Putin para Africa es una combinación de inversiones y acuerdos económicos, de cooperación militar y de diplomacia al más puro estilo ruso. Moscú, anunció Putin, ha cancelado unos 20,000 millones de dólares en deuda y quiere ofrecer financiación a los Estados con poco acceso a los mercados de capital”.
En la medida en que fueron creciendo las tensiones entre EU y Rusia por los conflictos en el Medio Oriente, el presidente Putin inició un acercamiento hacia antiguos adversarios como Israel y Arabia Saudita, estrechó vínculos con China y comenzó a expandir sus intereses geopolíticos en Africa, mientras el presidente Trump mostraba indiferencia calificando las naciones africanas, como “países de mierda”.