Internacional

Llama a un diálogo abierto de las partes en Bolivia / Acusó a la OEA de servir más a los intereses de Estados Unidos que de los pueblos latinoamericanos / Afirmó que está dispuesto a volver a su país si el Pueblo se lo pide

CIUDAD DE MEXICO/VARIAS CAPITALES, 13 de noviembre (AP/EFE/AFP).- CUIDAD DE MÉXICO, 13 de noviembre (EFE/AP).– El ex Presidente Evo Morales llamó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a reconocer que en Bolivia hubo un golpe de Estado, y pidió que países y organismos internacionales organicen un diálogo abierto de todas las partes en conflicto para garantizar el regreso a la normalidad democrática de su país.

El ex mandatario llamó en rueda de prensa a los distintos actores bolivianos a participar en un diálogo nacional, acompañado por países “amigos” y organismos internacionales.

Desde Ciudad de México, donde llegó el martes como asilado político, Morales también llamó a la Policía y a las Fuerzas Armadas a no reprimir a la gente. No “usar bala contra el pueblo”.

El líder indígena acusó a la OEA de servir más a los intereses de Estados Unidos que de los pueblos latinoamericanos y señaló que su misión de observación electoral en Bolivia asumió posiciones políticas y no legales.

“La OEA no está al servicio de los pueblos latinoamericanos y menos de los movimientos sociales, está al servicio del imperio norteamericano”, aseguró Morales.

El político afirmó que nunca pidió a ninguna institución de su país cometer irregularidades durante el proceso electoral y que incluso él mismo se dijo dispuesto a realizar nuevas elecciones.

El domingo, Evo Morales había anunciado la repetición de las elecciones presidenciales después de que la OEA diera a conocer numerosas irregularidades en los comicios del 20 de octubre pasado en los que fue reelegido para un cuarto mandato.

Poco después anunció su renuncia a la Presidencia tras casi 14 años en el poder y aceptó el asilo ofrecido por México horas después, llegando este martes a la capital del país.

Maniobra golpista

Este miércoles, desde el Museo de la capital mexicana, Evo Morales defendió su triunfo electoral del 20 de octubre y, sobre todo, fue muy duro con la oposición y la OEA, a quien acusó de permitir lo que califica de “golpe de Estado”.

Aseveró que cuando acusaron de “fraude” los comicios no tuvo “ningún problema” en que organismos internacionales e instituciones verificaran los comicios, entre ellos la OEA. No obstante, vio una actitud sospechosa en la forma de actuar de este organismo.

Explicó que se acordó que se publicaría un informe oficial el día 12 de noviembre, aunque luego se pospuso la fecha de entrega, a petición de la OEA, para el 13 de noviembre.

No obstante, el pasado domingo “de madrugada” y “sorpresivamente” hubo el anuncio de un informe “preliminar” que, cuando fue revisado por su equipo, tenía “más interpretación del proceso que del día de la elección”.

La OEA emitió a primera hora del día un informe que advierte de “serias de irregularidades” en el cómputo de resultados de los comicios, tras los que el órgano electoral dio vencedor al presidente Evo Morales para un cuarto mandato consecutivo.

Tras esta valoración, fue cuando dijo que el organismo está “al servicio del imperio norteamericano”.

Aclaró, además, que intentó hablar con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para alertarle de las consecuencias de este informe y la situación de inseguridad que generaría.

El secretario general de la OEA -organismo con sede en Washington- consideró el martes que quien cometió un “golpe de Estado” en Bolivia fue Evo Morales, al que acusó de haber tratado de “robar” las elecciones del 20 de octubre.

Morales renunció el domingo a la Presidencia de Bolivia tras presiones de las Fuerzas Armadas y diversas protestas de la oposición, ante unos comicios presidenciales que calificaron de fraudulentos. El martes, la segunda vicepresidenta del Senado se proclamó presidenta interina del país.

Dispuesto a volver

El ex mandatario dijo este miércoles en México, donde se encuentra en calidad de asilado, que regresaría para “pacificar” su país si los bolivianos se lo piden.

En su primera conferencia de prensa desde el exilio, Morales reiteró que con su dimisión buscó detener la violencia que ha sacudido Bolivia.

“Si mi pueblo pide, estamos dispuestos a volver (...) Vamos a volver tarde o temprano (...) mejor lo antes posible para pacificar Bolivia”, dijo.

Reiteró su llamado a un diálogo nacional en el que podrían participar “países amigos” en una suerte de mediación entre las fuerzas políticas.

“Es importante el diálogo nacional. Sin diálogo nacional estoy viendo que a va a ser difícil parar esta confrontación”, añadió.

Hasta este miércoles, suman 10 los muertos en Bolivia en las protestas que se desataron tras las polémicas elecciones en las que Morales resultó reelecto para un cuarto mandato.

Hoy se conoció que el canciller de Bolivia, Diego Pary, llegó a Nicaragua. “Nos sentimos también contentos, orgullosos, de recibir en nuestra Nicaragua al canciller del invicto pueblo del Estado plurinacional de Bolivia, compañero Diego Pary”, dijo la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, a través de medios del Gobierno.

Condena al gobierno de Trump

Interrogado sobre si el gobierno estadounidense podría estar detrás de lo que él y los países que lo respaldan señalan como un “golpe de Estado”, respondió que no tiene información, pero presumía que Estados Unidos podría estar aportando “conceptos y estrategias” a sus adversarios políticos.

Horas después y a través de Twitter, Morales condenó “la decisión de (Donald) Trump de reconocer el gobierno de facto y autoproclamado por la derecha” que dirige como presidenta interina la derechista Jeanine Añez.

“El golpe de Estado que provoca muertes de mis hermanos bolivianos es una conspiración política y económica que viene desde EEUU”, agregó el ex mandatario en la red social.

El gobierno de Estados Unidos dijo el martes que espera “con interés” trabajar con Añez “y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones libres y justas lo antes posible de acuerdo con la Constitución”, según un tuit del principal diplomático estadounidense para las relaciones con América Latina, Michael Kozak.

Para Morales, la proclamación de Añez es la confirmación del “golpe” en su contra y un acto ilegal, pues no se realizó la sesión en la que el Legislativo acepta su renuncia, tal como lo indica la Constitución. El Tribunal Constitucional avaló, no obstante, la posesión de la hasta entonces senadora opositora.

Gobierno interino

La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, designó este miércoles a sus primeros 11 ministros, de un total de 20, un día después de asumir el poder sin el respaldo total del parlamento.

En la nómina destacan la académica y ex diplomática Karen Longari como nueva canciller y el senador derechista Arturo Murillo como ministro de Gobierno (interior).

“La labor principal de nuestra gestión será restablecer la paz social”, dijo de su lado la mandataria, tras tres semanas de paros y manifestaciones.

En el Ministerio de Finanzas fue nombrado José Luis Parada, asesor económico de la gobernación de Santa Cruz, rica región oriental y bastión opositor a Morales.

El nuevo ministro de la Presidencia es Jerjes Justiniano, un abogado ligado al líder cívico y promotor de las protestas contra Morales, Luis Fernando Camacho.

En Defensa fue designado el consultor de marketing Fernando López Julio y en Comunicación la periodista de televisión Roxana Lizarraga.

Nuevas elecciones

Otro desafío del nuevo gobierno es convocar a nuevas elecciones a la brevedad, dijo la antes legisladora.

“Hablo de transición sin ambigüedades, hablo de un cambio de régimen, de revocar las condiciones que nos habían convertido en un país totalitario para construir valores, instituciones y procedimientos plenamente democráticos”, subrayó.

“Invitaremos a la Organización de Estados Americanos, a la Unión Europea” como observadoras a las elecciones, dijo por su parte la flamante canciller Longari, única integrante del gabinete que habló en la ceremonia de juramentación.

“Haremos lo necesario para dejar una política exterior estructurada”, indicó Longari, agregando que Bolivia asumirá un papel “activo” en la diplomacia latinoamericana.

Rechazo creciente

Los gobiernos de Argentina, México, Venezuela y Uruguay, entre otros, externaron hoy que no reconocerán al gobierno interino encabezado por Añez.

El presidente electo de Argentina, el peronista Alberto Fernández, se negó a considerar a la senadora como mandataria de Bolivia, al señalar que lo que hubo en el país andino fue “un golpe de Estado”.

“Ahora, se autoproclaman con gran patrocinio mediático e inmediato reconocimiento de ya sabemos quién. Lo curioso, además, es que dicen hacerlo en nombre de la democracia”, aseveró.

Por su parte, el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, aseguró que su país solo reconoce “a presidentes surgidos de elecciones”, en referencia a la autoproclamación de Añez como presidenta interina de Bolivia.

En coincidencia, el Gobierno de Venezuela rechazó igualmente lo que consideró como una autoproclamación de parte de la senadora opositora, y la acusó de “usurpar” el cargo tras la renuncia forzada de Evo Morales por los militares.

Asimismo, la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, dijo este miércoles que el Gobierno de México no reconoce a Añez como presidenta interina de Bolivia debido a que se rompió el orden constitucional, y anunció que acoge en la embajada a 30 exfuncionarios de Evo Morales y legisladores.

“El Gobierno de México no reconoce el Gobierno de Jeanine Áñez. Estamos en una compleja transición política en Bolivia”, dijo Mercado en una entrevista con Radio Fórmula.

“Lo único que México quiere es que se respete la voluntad del pueblo boliviano y esta voluntad debe manifestarse y ejercerse por los cauces constitucionales y pacíficos”, añadió.

De su lado, el Gobierno colombiano reconoció Añez como presidente interina de Bolivia, según informó la Cancillería de esa nación en un mensaje divulgado en redes sociales.

La decisión de Colombia se suma a la de los gobiernos de Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y Guatemala, que reconocieron a Añez.