LA HABANA.— Los ideales los unieron en la vida y la obra los mantiene juntos después de su partida física, porque la muerte no es cierta cuando se ha cumplido bien —dijo José Martí— la obra de la vida.
La vigencia del pensamiento y del quehacer de Fidel Castro y de Armando Hart centró las intervenciones del más reciente encuentro del Diálogo de Generaciones: un espacio para el intercambio de ideas entre adultos y jóvenes creado por el propio Hart, en su profunda preocupación de que los nuevos bebieran de las enseñanzas de los viejos; y para que entre los primeros siempre esté viva la historia.
A dos años de la ausencia física de Hart y los tres años sin Fidel, el espacio creado por el primero, que él dirigió tantas veces, tornaba la mirada sobre él mismo, en una cita convocada por el Movimiento Juvenil Martiano para examinar con “sus mayores” lo común y paradigmático entre ambos extraordinarios revolucionarios.
Miembros del Movimiento Juvenil Martiano, de la Sociedad Cultural José Martí, de las brigadas de instructores de arte, entre otros representantes de la juventud cubana, compartieron con dirigentes de esas entidades y profesores de la Universidad de La Habana y estudiosos consagrados de ambas figuras, en un ejercicio de reflexión que también fue homenaje, a pocos días de que se cumpla otro aniversario de la muerte de Fidel y Hart, fallecidos ambos en noviembre, con un año de diferencia y un día.
Para la Dra. Eloísa Carreras Varona, directora del proyecto Krónicas y albacea y editora de la obra de Hart, la coincidencia sigue resultando cardinal para expresar la lealtad de su difunto esposo al Comandante en Jefe.
Ella, que conocía tan bien a “Armando”, como le sigue llamando aún en público con cariño, sigue entendiendo la coincidencia como otra muestra de la fidelidad de su compañero al líder revolucionario.
Fue la de la Dra. Carreras una intervención ilustrativa para los jóvenes. Con la muerte de Hart aquella noche, a un año y horas del fallecimiento de Fidel, “comprendí que (Hart) lo había querido como algo entrañable; fue el hermano mayor y la persona por la que Armando vivió.
“…Por eso cuando Armando se fue con él lo hizo tranquilo y en calma, y lo hizo con valentía, fue capaz de irse así, de forma natural”.
“Este martes 26 se cumplen dos interminables años sin él físicamente, pero no es vivir fuera de la realidad porque para mí él está conmigo, sigue aquí, dialogando con nuestro presente, y está igual dentro de mí y conmigo todo el tiempo”.
“Para rendirle honor a él tengo que seguir su ejemplo, porque hasta el último momento trabajó al servicio pleno de la emancipación de su amada Cuba, y la martiana patria de Fidel”.
Ejemplos necesarios cada día
En un encuentro dedicado a los jóvenes, no podían faltar otras reflexiones de Eloísa Carreras.
“(…)Si me preguntan por qué Armando y Fidel son paradigmas de la juventud tengo que afirmar que como protagonistas de la generación del centenario pusieron de moda la virtud y la ética, que parece extraña en estos tiempos; la decencia que tanto necesitamos (…) Por eso, en un mundo como éste, siguen siendo necesarios, verdaderos y paradigmáticos ejemplos que necesitamos todos los días”.
“Consagraron sus vidas a trabajar y hacer por la patria. No conocieron el reposo y el descanso, jamás. Eran hombres incansables, creyeron en la necesidad de la dignidad, el decoro y la justicia para todos.
“Para ellos la justicia no era el odio infecundo, es el predominio de la razón, del entendimiento cordial entre los componentes reales de la sociedad cubana, elevar al homo sapiens a la categoría de hombre, darle a cada cual sus bienes y derechos, que cada cubano disfrute a plenitud de la herencia material y espiritual de nuestro tiempo.
“Fue esencial para ellos el rigor y la exigencia, la prédica con el ejemplo, el estricto cumplimiento de la ley.
“Para ellos fue esencial el vínculo entre el derecho y la moral, la decencia y la honestidad a toda prueba.
“Fueron creativos, tenaces, perseverantes, esforzados, inquietos, hiperquinéticos. Amanecían y terminaban el día llenos de proyectos, por eso no conocieron el tedio jamás, siempre hay que alejar eso de nuestras vidas.
“Ambos sintieron la política como la principal motivación de sus vidas”, señaló Carreras.
También ofrecieron sus reflexiones Abel Prieto, director de la Oficina del Programa Martiano; la Dra. en Historia Francisca López Civeira, de la Universidad de La Habana; Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos y Nereyda López Labrada, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Cultura, entre otros adultos que motivaron las intervenciones de los jóvenes.
Interrogado por este diario acerca del rol de Hart en la formación de los jóvenes, Yusuam Palacios, presidente del Movimiento Juvenil Martiano, expresó: “El Diálogo de Generaciones es una iniciativa de Hart, y nuestro Movimiento lo realiza todos los meses en todo el país, con temas nacionales, internacionales, históricos.
“El actuar con una ética revolucionaria, es un resultado de la obra de Hart. El está siempre presente y es un referente fundamental; lo que hacemos, lo hacemos pensando en él: cómo Hart nos diría hoy, cómo lo haría hoy, como siempre lo hizo hasta el último momento.
“Creo que su legado principal está precisamente en su conducta ética, en su comportamiento moral, en su carácter entero, en cómo pensó por sí, cómo trabajó con sus propias manos, cómo fue un hombre digno”.
La necesidad de la conciencia
Angulares fueron también las reflexiones de Abel Prieto, quien evocó la obsesión de Hart por desentrañar las causas del derrumbe del socialismo Este europeo, algo que Fidel avizoró un año antes de que se iniciara.
“(…) Las causas fueron éticas y también culturales, ideológicas, no se creó una nueva conciencia.
“Fidel decía: toda Revolución necesita de la conciencia y de las ideas (…) Tenemos que luchar por que Fidel, Hart y Martí sean todos los días, contemporáneos nuestros. El día en que los veamos en una vitrina, va a ser difícil que le demos continuidad a esas ideas extraordinarias”.