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BAGDAD, Irak, 30 de diciembre (AFP/AP/REUTERS/EFE).- Irak amenazó este lunes con “revisar” sus relaciones con Estados Unidos, después de que bombardeos de represalias de Washington contra una facción proiraní mataran al menos a 25 combatientes iraquíes y 51 heridos, lo que provocó una creciente indignación en el país.

Estos bombardeos “obligan a Irak a revisar sus relaciones y su marco de trabajo en los ámbitos de seguridad, político y legal para proteger su soberanía”, amenazó el gobierno saliente iraquí en un comunicado.

Estos ataques “violan la soberanía de Irak” y “contravienen las reglas de compromiso de la coalición” internacional liderada por Estados Unidos presente en Irak para luchar contra los yihadistas, declaró el gobierno, reunido en un Consejo de Seguridad reducido.

El viernes, 36 cohetes impactaron en una base estadounidense en el centro del país, que provocó la muerte de un contratista estadounidense e hirió a soldados de esta nacionalidad.

Como represalia, Estados Unidos -que había prometido una respuesta “firme” ante este tipo de ataques que achaca a facciones proiraníes- llevó a cabo bombardeos aéreos el domingo contra bases de las brigadas del Hezbolá.

Irán niega su participación en ataques contra fuerzas estadounidenses. Desde Teherán el portavoz del Ministerio de Exteriores, Abas Musaví, condenó “la invasión estadounidense en territorio de Irak y el ataque a las posiciones de la Multitud Popular”, calificándolo de “terrorismo”.

“Las fuerzas estadounidenses actuaron en función de sus prioridades políticas y no de las de los iraquíes”, denunció Bagdad.

Estos bombardeos, que han reavivado la campaña contra la presencia estadounidense en el país, hacen pasar a un segundo plano la rebelión espontánea contra la clase política y su patrocinador iraní.

Advertencias de Washington

En casi todas las ciudades del Sur, las manifestaciones del día se transformaron en protestas contra Estados Unidos, en las que los manifestantes quemaban o pisoteaban banderas estadounidenses.

Irán, gran enemigo de Washington pero igualmente aliado de Irak, estimó por su parte que estos ataques muestran el “apoyo al terrorismo” de EE.UU.

El movimiento pro-iraní libanés Hezbolá -separado de las brigadas de Hezbolá- denunció una “violación flagrante de la soberanía” de Irak y recordó el papel de Hashd en la lucha contra el EI.

Estados Unidos acusó el lunes a las autoridades iraquíes de no haber hecho lo necesario para proteger los intereses estadounidenses, un día después que Washington lanzara ataques que provocaron indignación en Bagdad.

“Advertimos al gobierno iraquí en varias oportunidades y compartimos informaciones para intentar trabajar con él con el fin de que asuma la responsabilidad de protegernos en tanto potencia invitada”, declaró un alto funcionario del Departamento de Estado a periodistas en Washington.

El secretario de Estado Mike Pompeo dijo que los ataques envían el mensaje de que Estados Unidos no tolerará acciones por Irán que pongan en peligro vidas estadounidenses.

Igualmente, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, David Schenker, sostuvo que los ataques contra las bases de las brigadas de Hezbolá fueron un mensaje a Irán después de meses de “moderación” por parte de la administración del presidente Donald Trump.

“Expulsar al enemigo estadounidense”

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo que los ataques “fueron exitosos”, y no descartó nuevas acciones.

Pero en Irak, los ataques despertaron la indignación. Decenas de diputados en el Parlamento firmaron una petición para que se reexamine el acuerdo de cooperación entre Estados Unidos e Irak, en virtud del cual hay 5,200 soldados estadounidenses en su territorio.

Las brigadas del Hezbolá llamaron a “expulsar al enemigo estadounidense”, y otra facción proiraní, Asaib Ahl al Haq, estimó que la presencia militar de Washington se ha convertido en “una fuente de amenazas”.

“Ahora es imperativo hacer lo que sea para expulsarles por todos los medios legítimos”, indicó en un comunicado. Incluso los partidos de oposición, próximos a Washington, denunciaron estos bombardeos.

“Nuestra batalla con Estados Unidos y sus mercenarios está abierta ahora a todas las posibilidades”, dijo Hezbolá en una declaración alrededor de la medianoche del domingo. “No tenemos otra alternativa que hoy que la confrontación y no hay nada que nos impida responder a este crimen”.

La milicia chiíta juró vengarse por la “agresión de los cuervos malvados americanos”.

Los ataques contra intereses estadounidenses o bases proiraníes reavivan el temor de que Estados Unidos e Irán conviertan Irak en campo de batalla.

“Las autoridades deben impedir que Irak se convierta en un espacio donde saldar sus cuentas”, declaró la oficina del gran ayatolá Ali Sistani.

Por su parte, Moscú denunció esta escalada de ataques “inaceptables y contraproducentes” que “podrían desestabilizar fuertemente” la región.

Inestabilidad política

Desde el 28 de octubre hubo once ataques contra bases militares iraquíes que acogen a soldados o diplomáticos estadounidenses.

Fuentes americanas achacaron varios de ellos a las brigadas del Hezbolá, y consideraron a los proiraníes una amenaza más importante que las células clandestinas del EI.

Esta escalada se produce en medio de una revuelta popular que comenzó a principios de octubre en Irak. Los manifestantes piden la caída del sistema político instalado por los estadounidenses tras su invasión en 2003 y en el que Irán ha reforzado su influencia.

La inestabilidad política es consecuencia de la peor crisis social del país, en la que murieron cerca de 460 personas y 25,000 resultaron heridas.

Tras la dimisión del gobierno iraquí hace casi un mes, Irán y sus aliados en Irak tratan de imponer a uno de sus hombres en el puesto de primer ministro.

Los manifestantes siguen movilizados en Bagdad, y paralizan las administraciones y las escuelas en casi todas las ciudades del sur del país.

Sólo Baréin mostró su apoyo al bombardeo de EE.UU. como respuesta a “los actos criminales continuos de las milicias terroristas”.