CIUDAD DEL VATICANO, 19 de febrero (AP).- El Papa Francisco será anfitrión de una cumbre de cuatro días a partir del jueves para prevenir el abuso sexual del clero, una reunión con muchas expectativas cuya intención es que los obispos católicos de todas partes sepan que el problema es mundial y que el encubrimiento tendrá consecuencias.
La reunión se realiza en un momento crítico para la Iglesia y el papado de Francisco, tras la explosión del escándalo en Chile del año pasado y una renovada indignación en Estados Unidos ante décadas de encubrimiento que salieron a la luz en el informe de un jurado investigador en Pensilvania.
Un vistazo a lo que se puede esperar de la cumbre.
El temario
La reunión está dividida en tres días temáticos y la última jornada, el domingo, está destinada a una misa que concluirá con un discurso del Pontífice.
El primer día explorará la responsabilidad de los obispos hacia sus feligreses, incluida su responsabilidad legal de investigar y prevenir los abusos.
El segundo día está dedicado a la rendición de cuentas y se enfocará en que los jerarcas eclesiásticos trabajen coordinados con los católicos laicos para proteger a los niños.
El tercer día será sobre la transparencia e incluirá comentarios de una hermana religiosa, un cardenal alemán y un periodista mexicano.
Los testimonios de los sobrevivientes estarán intercalados con momentos de oración, pero no habrá sesiones para escuchar sus historias. Se dijo a los participantes que se reunieran con las víctimas antes de ir a Roma para conocer de primera mano su dolor, y que llevaran a casa la idea de que el abuso del clero no está limitado a ciertas partes del mundo.
Los asistentes
Se espera la asistencia de aproximadamente 114 presidentes de conferencias episcopales, aunque al menos dos _el arzobispo chileno Santiago Silva y el arzobispo costarricense José Rafael Quirós_ enviarán a colaboradores porque ellos mismos están implicados en el encubrimiento de abusos.
La lista de invitados incluye a 14 líderes de iglesias católicas orientales, 12 superiores de órdenes religiosas de hombres y 10 de órdenes religiosas de mujeres. Aproximadamente una docena de prefectos del Vaticano, así como media docena de consejeros cardenales del papa y un puñado más, suman el total de 190 participantes.
Uno de los organizadores, el padre Hans Zollner, reconoció que son pocas las mujeres representadas, y que su papel es crucial para prevenir los abusos alrededor del mundo. “Es verdad que las mujeres, en particular las religiosas y en particular en Asia y África son de la mayor importancia para la salvaguarda”, dijo.
El desenlace esperado
Zollner ha expresado la esperanza de que se creen grupos de trabajo en cada continente para ayudar a las conferencias episcopales nacionales a elaborar normas para combatir el abuso y atender a las víctimas.
El Vaticano pidió a las conferencias en 2011 que elaboraran proyectos, pero hasta la fecha apenas la mitas de ellas han aprobado normas ratificadas por la Santa Sede. El Vaticano mismo no las ha elaborado.
El arzobispo de Malta e investigador de delitos sexuales del Vaticano, Charles Scicluna, enfatizó que el seguimiento de las conclusiones del encuentro será de importancia crucial, y dijo que se “auditará” a las conferencias para verificar los avances.
El tema de los sacerdotes homosexuales y el abuso de adultos
El escándalo en torno al excardenal Theodore McCarrick, que fue despojado del estado sacerdotal luego de ser condenado por el Vaticano de abuso sexual de menores y de seminaristas adultos, sacó a la luz el tema de la homosexualidad en la jerarquía católica y el abuso sexual de adultos bajo su autoridad. Las declaraciones recientes de Francisco sobre los abusos sexuales que sufren las monjas dejó en claro que no solo los menores son víctimas de los curas depredadores.
Sin embargo, estos temas no figuran en la agenda.
El cardenal de Chicago, Blase Cupich, uno de los organizadores de la cumbre, dijo que es necesario abordar el abuso sexual de los adultos, pero que el encuentro de cuatro días debe concentrarse en su intención original.
“Los jóvenes, los menores, no tienen voz. Se los acalla”, dijo. “El objetivo (de la cumbre) es que se escuche su voz”.