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Internacional

El Papa refuerza las leyes contra el abuso de menores

CIUDAD DEL VATICANO, 29 de marzo (EFE).- El Papa Francisco decidió endurecer las leyes para prevenir y combatir los delitos de abuso de menores cometidos por miembros de la Curia o en el Vaticano.

Entre las medidas se incluye la ampliación de la prescripción de los delitos a 20 años o la obligación de denunciar si se conoce algún caso, informó el Vaticano.

Francisco quiere dar ejemplo sobre el comportamiento que deben seguir las Conferencias Episcopales en todo el mundo para eliminar los abusos por parte del clero.

El Vaticano publicó hoy tres nuevos documentos respecto a este tema de los abusos a menores: uno es el “motu proprio” de Francisco en el que se reforma la ley vaticana, el otro cómo queda la norma y un tercero en el que se dan las “líneas guías” para afrontar estos casos para aquellos religiosos que residen en la Ciudad del Vaticano.

Con esta nueva normativa, el Papa quiere dar ejemplo desde el Vaticano sobre el comportamiento que tienen que tener el resto de Conferencias Episcopales en todo el mundo para eliminar la lacra de los abusos por parte del clero.

En su “motu proprio” Francisco explica su decisión de “fortalecer aún más el marco institucional y legislativo para prevenir y combatir los abusos contra los menores y las personas vulnerables por parte de la curia romana y en el Estado de la Ciudad del Vaticano”.

Con estas nuevas normas se introduce “la obligación de denunciar los abusos a las autoridades competentes y cooperar con ellos en actividades de prevención y cumplimiento de la ley”.

Se ofrecerá, añade el Pontífice, “atención pastoral adecuada a las víctimas y sus familias, apoyo espiritual, médico, psicológico y legal adecuado y el derecho a un juicio justo e imparcial”.

Además, “la persona condenada por abusar de un menor o una persona vulnerable será removida de su cargo”, pero se le garantizará una rehabilitación psicológica y espiritual.

Mientras que se hará todo lo posible para “rehabilitar la buena fama de quien ha sido acusado injustamente”.

Estas nuevas normas reforman así la legislación del Estado de la Ciudad del Vaticano donde está aún vigente el Código Penal conocido como Zanardelli de 1889.

Se introduce por ello además una prescripción de 20 años para este tipo de delitos a partir de que la víctima cumpla mayoría de edad, 18 años, pues hasta ahora era de cuatro años.

Otra novedad es la sanción para quienes omitan o retrasen la denuncia de casos de abusos a menores o personas vulnerables, excepto en casos de secreto de confesión.

Esta ley se aplicará a todos los trabajadores del Vaticano, a la Curia, y a todo el personal diplomático en las nunciaturas.

Se creará también un servicio de acompañamiento para las víctimas de abuso, que será coordinado por un experto calificado, donde se podrán dirigir para pedir ayuda, recibir asistencia médica y psicológica, y donde se les dará a conocer sus derechos y cómo hacerlos cumplir.

Asimismo se han publicado “las líneas guías” para como comportarse ante estos casos en el vicariato de la Ciudad del Vaticano y que está dirigido a los pocos religiosos que se encargan de las dos parroquias presentes en el Estado pontificio, pero que sirve de ejemplo de lo que se debería adoptar en el resto de Conferencias Episcopales de todo el mundo.

Francisco se confiesa

Francisco se confesó hoy tras presidir la misa penitencial en la basílica de San Pedro del Vaticano y después él mismo recibió en el confesionario a varios fieles para escuchar sus testimonios.

El Pontífice argentino dedicó su homilía a la confesión y la definió como “el paso de la miseria a la misericordia” y dijo que para Dios “antes que el pecado está el pecador”.

“Pidamos tener el enfoque cristiano de la vida, donde antes que el pecado veamos con amor al pecador; antes de ver los errores, a quien se equivoca; antes que la historia, a la persona”, animó el Ppa ante los fieles.

En este sentido explicó que, tras la confesión, “el perdón da un nuevo comienzo y nos hace criaturas nuevas” pero apuntó que no se trata de “una fotocopia”.

Todo para librarse del mal, que a su parecer es “fuerte, tiene un poder seductor, atrae y cultiva”.

Tras la misa, el Papa se dirigió a uno de los confesionarios de las naves laterales de la basílica vaticana, ante el que se arrodilló para reconocer sus pecados, después de despojarse de los paramentos litúrgicos, vistiendo solo el hábito blanco.

Viaje a Marruecos

El viaje que el Papa Francisco emprende este sábado a Marruecos nada tendrá que ver con el que Juan Pablo II hizo en el año 1985 a Casablanca, porque el mismo país ha cambiado enormemente debido a los movimientos migratorios que le han dado una nueva imagen y que, sobre todo, han llenado de fieles las iglesias.

La visita de Juan Pablo II fue histórica: era la primera vez que el jefe de Estado del Vaticano viajaba oficialmente a un país musulmán, como gustan de recordar los medios oficiales marroquíes.

En aquel tiempo, solo quedaba en Marruecos una comunidad católica “residual” compuesta por los pocos europeos que se habían permanecido en el país tras la independencia más algunos extranjeros de paso por el país magrebí. Era una iglesia de “ancianas mujeres blancas”.

Hasán II, que adoraba los baños de masas, propuso a Juan Pablo II que saliesen juntos desde el Palacio hasta el estadio Mohamed V de Casablanca, cada uno en un Mercedes descapotable, y así los muestran las imágenes de la época: vestidos de blanco, cada uno a su estilo, de pie sobre sus coches de lujo mientras saludan a la multitud.

Decía Hasán II tiempo después que esa salida había atraído a las calles a dos millones de personas, y que dentro del estadio, otros cien mil jóvenes, que en aquellos momentos participaban en los Juegos Panárabes, estaban esperando al Papa.

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