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Escuelas de samba desafían la lluvia en Río

RIO DE JANEIRO, Brasil, 4 de marzo (AFP).- El momento más esperado del carnaval de Río de Janeiro, el desfile de las escuelas de samba, arrancó este domingo trayendo a la pasarela su tradicional exceso de plumas y purpurina, pero también una alta dosis de crítica social y política.

La primera de las siete escuelas de samba en desfilar, Imperio Serrano, salió a la Avenida Marqués de Sapucaí del Sambódromo hacia las 22H00 locales (01H00 GMT), todavía sacudiéndose el agua de una fuerte tormenta que congestionó las principales vías de la ciudad e inundó parcialmente el escenario estrella del carnaval carioca, retrasando en unos 45 minutos el inicio del espectáculo.

“Me siento feliz y al mismo tiempo un poco triste, porque esta lluvia le quita un poco el brillo, pero si Dios quiere todo va a salir bien”, dijo a la AFP Patricia Elaine, encargada de confeccionar los suntuosos accesorios de la escola.

Ante unos 72,000 espectadores, cada agrupación contará una historia a través de la música, la danza y sus disfraces elaborados.

Cada escuela tiene hasta 75 minutos para desplegar con fluidez en la Sapucaí entre 2,500 y 4,000 integrantes, así como seis carros alegóricos, para deslumbrar a un jurado que puntuará categorías como percusión, vestuario y tema del desfile, entre otros.

Imperio Serrano, nueve veces campeona, eligió para el desfile de este año un clásico del cancionero brasileño, ‘O que é, o que é?’, de Gonzaguinha, que se interroga nada menos que sobre el sentido de la vida.

En total, catorce escuelas desfilarán durante la noche de este domingo y lunes, en dos veladas que se extenderán madrugada adentro.

Mujeres, indios, tolerancia religiosa

Es el primer carnaval desde que el ultraderechista Jair Bolsonaro fue electo presidente, impulsado por una onda conservadora y grupos evangélicos neopentecostales que no suelen comulgar con los excesos carnales de esta fiesta popular.

Tras una elección altamente polarizada, varios de los desfiles de este año traen un mensaje de protesta social.

Aunque no sea el caso de la vigente campeona Beija-Flor, el plato fuerte de la primera noche. La escuela que el año pasado se coronó con un desfile criticando frontalmente la corrupción y la violencia, preparó para esta edición un enredo autobiográfico, “Las fábulas de Beija-Flor”, para celebrar sus 70 carnavales de existencia.

También actuarán las tradicionales Unidos da Tijuca –que contará la historia del pan– y Salgueiro, que homenajeará a Xangó, uno de los dioses del candomblé, patrón de la justicia, que promete traer críticas al sistema judicial brasileño.

El lunes desfilarán las dos mayores campeonas. Una es Portela, que buscará su 23º título homenajeando a la cantante brasileña Clara Nunes, ícono musical de los años 70 y primera artista de su época en defender públicamente las religiones afrobrasileñas. La tradicional escuela cuenta con un ala especial diseñada por el estilista francés Jean-Paul Gaultier.

La otra, Mangueira, la agrupación verde y rosa que ganó su 19º título en 2016 y que entra en la pista con un relato del “lado B” de la historia brasileña, exaltando héroes y heroínas negros, indios y pobres, relegados a un segundo plano en la narrativa tradicional.

Entre ellos recuerda a la concejal negra Marielle Franco, firme defensora de los derechos humanos en las favelas de Rio, acribillada a balazos en marzo del año pasado.

La vicecampeona Paraiso de Tuiuti, que el año pasado fustigó el racismo y retrató al entonces presidente Michel Temer como un vampiro –una crítica a su reforma de los derechos laborales–, este año mantiene el tono de crítica política pero con toques de humor, contando la historia de un personaje folclórico del noreste del país, el chivo Io Io.

Por tercer año consecutivo, los grupos de samba enfrentan restricciones presupuestarias: la subvención que reciben de la alcaldía se redujo de un millón a 500,000 reales.

Carnaval callejero bajo lluvia

Fuera del estricto concurso del sambódromo, se celebra desde el viernes una fiesta más informal, regada de música y alcohol: la de los “blocos” callejeros, que arrastran multitudes disfrazadas en cortejos que toman diversos barrios.

Cientos de miles de personas deambularon este sábado por Rio cuando cayó un aguacero que obligó a los ‘fiesteros’ a resguardarse bajo marquesinas y otros lugares techados.

Las autoridades esperan que siete millones de personas 0incluido un millón y medio de turistas– participen de esta gigantesca fiesta al aire libre.

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