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Francia celebra a sus héroes

PARIS, Francia, 18 de abril (AFP).- Francia valoraba este jueves distintas opciones, como la construcción de una catedral efímera, para mantener viva Notre Dame durante las obras que ya han empezado con el refuerzo de algunos puntos fragilizados del edificio, al tiempo que homenajeaba a los “héroes” que la salvaron.

Unos 600 bomberos trabajaron durante toda la noche del lunes para apagar el fuego que derribó la aguja y parte del techo de la famosa catedral parisina, evitando un desastre aún peor.

Sesenta seguían vigilando el jueves la estabilidad de la estructura del edificio y consolidando tres puntos vulnerables que fueron identificados por expertos.

“El país y el mundo entero nos estaban observando y ustedes fueron ejemplares”, declaró el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien recibió el jueves a unos 300 uniformados en el Palacio del Elíseo.

Capellán héroe

Cuando le preguntan si es un héroe él se encoge de hombros. La prensa internacional alabó su valentía para salvar tesoros de Notre Dame durante el incendio, pero el capellán de los bomberos parisinos Jean-Marc Fournier estima simplemente haber cumplido con su deber.

Las cenizas de la catedral parisina seguían humeando cuando medios de todo el mundo catapultaron a este capellán de la brigada de bomberos de París al rango de “héroe”, atribuyéndole el rescate de la Santa Corona, que según la tradición católica llevaba Jesucristo sobre su cabeza poco antes de su crucifixión.

“La corona ya había sido puesta en resguardo antes de que yo llegara”, corrige tranquilo el cura católico de 53 años. Su rescate es el fruto de un “equipo” que “dividió sus esfuerzos”, explica.

Con sus lentes redondos, como su rostro, y aspecto bonachón, Fournier cuenta la intervención con el mismo tono con el que vive su vida, con simplicidad y espiritualidad, entre dos inhalaciones de tabaco en polvo.

Cuando entró en Notre Dame, envuelta en llamas, junto a un pequeño equipo de la Brigada de bomberos de París encargado de salvar algunas reliquias, la aguja de Notre Dame ya se había derrumbado, a causa del fuego que devoró parte del techo del templo.

“No es natural entrar en un edificio en llamas que amenaza con derrumbarse”, admite. Pero no le gusta que le digan que puso su vida en riesgo.

Los movimientos del equipo fueron “calculados, medidos y producto de entrenamiento”.

No es la primera vez que este capellán vive de cerca una tragedia nacional.

En noviembre 2015 fue uno de los primeros en llegar a la sala de conciertos del Bataclan para prestar auxilio a los sobrevivientes del peor atentado en la historia reciente de Francia. En el Bataclan fueron asesinadas 90 personas.

Estuvo también en primera línea en los atentados, del mismo año, contra la revista Charlie Hebdo y el supermercado kosher en el este de París. En cada una de estas tragedias intentó brindar rápidamente atención psicológica a los supervivientes, “para evitar que se instalen heridas mentales”.

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