Internacional

Indígenas brasileños cierran protesta anual

BRASILIA, Brasil, 26 de abril (AFP).- Miles de indígenas brasileños cerraron este viernes su protesta anual en Brasilia con una marcha contra las políticas del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro que, denuncian, favorece el avance de la actividad minera y agropecuaria en sus territorios ancestrales.

Colorida, como desde que empezó a celebrarse hace 15 años, esta nueva edición del Campamento Tierra Libre, se celebró en un contexto de mayor tensión por las políticas aplicadas y anunciadas desde que el exmilitar de 64 años subió al poder en enero.

Armados con arcos y fechas y ataviados con coloridas plumas, collares y grandes tatuajes, los nativos, que representan cerca del 0,4% de los 209 millones de brasileños, desfilaron por la Explanada de los Ministerios, la gran avenida que desemboca en la Plaza de los Tres Poderes.

“Los hacendados están volviendo, diciendo que tienen ese derecho ahora, y el juez con la entrada del nuevo gobierno les dice que tienen que quedarse. Así ellos están deforestando mucha selva”, explicó José Roberto, cacique de la aldea Sao José, en el estado Maranhao (nordeste).

Terminaron la protesta con un baño en las aguas del estanque y las cascadas artificiales del ministerio de Justicia, donde fueron recibidos por un asesor del ministro Sergio Moro.

Ahí concentraron sus reproches en la ordenanza de Bolsonaro que despoja a la Fundación Nacional del Indio (Funai) de sus atribuciones de demarcar tierras indígenas y otorgar licencias ambientales, para atribuírselas al ministerio de Agricultura dirigido por Tereza Cristina da Costa, exlíder de la bancada del agronegocio en la Cámara.

Lula: Brasil es gobernado por una “banda de locos”

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este viernes que Brasil está gobernado por “una banda de locos”, en una entrevista concedida a los periódicos El País y Folha de S.Paulo en la cárcel donde purga una pena de 8 años y 10 meses de prisión.

El exmandatario de izquierda (2003-2010), de 73 años, reiteró que es inocente y dijo estar “obsesionado” con probar la “farsa” judicial que lo mantiene tras las rejas desde hace un año bajo cargos de corrupción pasiva y lavado de dinero.

“Sé muy bien qué lugar me reserva la historia. Y sé también quién estará en el basurero”, afirmó Lula.