Internacional

Sombras y luces

Alfredo García

El fantasma del primer conflicto armado entre EE.UU. y la entonces URSS, que hace 70 años dio inicio al funesto período de la “guerra fría”, reaparece en medio de crecientes tensiones internacionales y el volátil período de elecciones presidenciales en EU.

En el marco del fracaso de la segunda cumbre entre el presidente, Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, el pasado febrero en Vietnam, para tratar el tema de la “desnuclearización de la península coreana”, tuvo lugar el reciente encuentro entre el presidente ruso, Vladimir Putin y el mandatario, Kim Jong-un, en la isla Russki de Vladivostok, Rusia.

El pasado 28 de febrero la opinión pública fue sorprendida con la abrupta ruptura de las conversaciones entre Trump y Kim, programada en un clima de generalizado optimismo político internacional. Una primera cumbre entre ambos líderes en julio de 2018 en Singapur, aunque terminó con una vaga declaración de intenciones por ambas partes, el mutuo interés de proseguir el diálogo iniciado presagiaba feliz continuidad.

Sin embargo desde el primer momento de las conversaciones entre Trump y Kim, quedó demostrado la diferente visión de ambas partes sobre el tema en discusión. Mientras Trump presenta el dialogo con su colega norcoreano como resultado de sus amenazas y sanciones, sugiriendo casi un acto de rendición, Kim da señales de que las conversaciones son posibles por haber alcanzado su objetivo militar nuclear frente a las amenazas de Washington y su capacidad de disuadir a EE.UU. de una agresión a su país.

La incorporación al gobierno norteamericano de Mike Pompeo, ex director de la CIA y John Bolton, ex embajador de EE.UU. en la ONU, como secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional respectivamente, ambos notorios por sus extremas posiciones ultraderechistas, ensombreció el esperanzador horizonte visualizado por Trump y King durante su primer encuentro.

El revés de la segunda cumbre, fue motivado por la exigencia de Trump de condicionar la eliminación de sanciones económicas a Corea del Norte a su total desnuclearización, mientras Kim pedía garantía a su seguridad y eliminación escalonada de las sanciones. El gobierno norcoreano ha criticado a Pompeo y Bolton por su negativo desempeño en el dialogo bilateral, a quienes atribuye el fracaso de la segunda cumbre. En el caso de Pompeo, Pyongyang solicitó su reemplazo en futuras conversaciones.

Especialistas achacan la inesperada cumbre ruso-norcoreana, al giro de la cumbre Trump-Kim, considerado como gestión diplomática del presidente norcoreano para recabar ayuda del poderoso aliado ruso, frente a las intransigentes posiciones de EE.UU. Al finalizar el encuentro bilateral con Kim que duró 3 horas a solas, el presidente Putin mostró su “sintonía” con el líder norcoreano, al expresar como punto decisivo en las negociaciones: “garantías de seguridad” para Corea del Norte a cambio del “desarme nuclear y desnuclearización gradual” con “levantamiento progresivo de las sanciones”. Putin aprovechó la ocasión para instar a la reanudación de las conversaciones a seis bandas (las dos Coreas, EE.UU., Rusia, China y Japón), instancias fracasadas en dos ocasiones (2003 y 2009), lo cual fue interpretado como el llamado a un foro con mayor flexibilidad en las negociaciones.

Posteriormente Putin viajó a Pekín donde participará en el evento económico, “Un cinturón, una ruta”, novedosa estrategia económica global china. En su visita, el presidente ruso se entrevistará con su colega chino, Xi Jinping, cuyo principal tema será obviamente, las conversaciones con Kim. Siete décadas después de iniciado el conflicto coreano y su lejana solución pacífica, la existencia de un gigantesco armamento nuclear convierte el planeta en un polvorín.