BBC.- El anuncio de la ministra federal de medio ambiente se produjo poco después de que el presidente de Filipinas , Rodrigo Duterte , ordenara la devolución de la basura.
Filipinas ha presentado varias protestas diplomáticas por el rechazo que se envió entre 2013-14.
Se espera que una empresa privada contratada por Canadá comience la preparación para el envío en los próximos días.
La ministra de Medio Ambiente, Catherine McKenna , dijo el miércoles que Canadá cubrirá los costos totales de la preparación, transferencia, envío y eliminación de los desechos y completará la transferencia para fines de junio.
La semana pasada, Manila retiró a su embajador en Ottawa después de que Canadá no cumplió con el plazo del 15 de mayo para recuperar la basura, parte de una creciente disputa sobre el irritante de larga data.
"Como resultado de esta demora en la infracción, el presidente ha ordenado a la oficina correspondiente que busque una compañía de envíos privada que devuelva la basura de Canadá a la jurisdicción de este último", dijo el miércoles a la prensa el portavoz de Duterte, Salvador Panelo.
"Si Canadá no acepta la basura, dejaremos lo mismo dentro de las aguas territoriales o 12 millas náuticas en el mar desde la línea de base de cualquiera de las costas de su país".
Duterte, conocido por su estilo abierto, había amenazado el mes pasado con devolver el desperdicio si el problema no se resolvía.
La fila se refiere a los contenedores enviados a Manila por una empresa privada con sede en Canadá y sus consignatarios en Filipinas.
Manila dice que los contenedores, que llegaron al Puerto Internacional de Contenedores de Manila, se etiquetaron falsamente como que contenían plásticos destinados al reciclaje y, de hecho, se llenaron con toneladas de desechos domésticos.
Otra inspección de los contenedores restantes en 2015 encontró que contenían desechos municipales no peligrosos, incluyendo basura doméstica y de la calle.
El gobierno dice que los contenedores han causado congestión en los puertos y son un peligro para la salud pública.
Algunos permanecen almacenados en el puerto de Manila, mientras que otros se han desechado en un gran vertedero.
En 2016, un tribunal de Filipinas ordenó que los residuos se enviaran a Canadá a expensas del importador.
Ese mismo año, Canadá modificó sus propias regulaciones sobre los envíos de desechos peligrosos para evitar que se repita esta situación.