WASHINGTON, EE.UU., 8 de mayo (AFP/AP/EFE).- Estados Unidos volvió a endurecer este miércoles sus sanciones económicas contra Irán, como resultado aparente de que el Estado persa anunció la suspensión de dos compromisos del acuerdo internacional sobre su programa nuclear firmado en 2015.
Irán amenazó además con renunciar a otros compromisos si los restantes firmantes del acuerdo -Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania- no encuentran una solución en un plazo de 60 días para aliviar los efectos de las sanciones estadounidenses contra Irán, en particular en los sectores petrolero y bancario.
El anuncio iraní llegó un año después de que Estados Unidos se retirara del acuerdo sobre el programa nuclear.
El presidente estadounidense, Donald Trump, no tardó en responder a las declaraciones de Teherán e indicó en un comunicado que su país sancionará los sectores del hierro, el acero, el aluminio y el cobre.
“Autorizar el acero y otros metales iraníes en sus puertos ya no se tolerará”, avisó Trump a los demás países.
La Casa Blanca, que ya impuso sanciones para evitar la venta de petróleo iraní al extranjero, indicó que los sectores del acero y de la minería suponen un 10% del dinero conseguido por Irán con las exportaciones, su segunda mayor fuente de ingresos por detrás del crudo.
Desde este miércoles “la República Islámica de Irán no se considera comprometida a respetar las restricciones concernientes a las reservas de agua pesada y uranio enriquecido”, afirmó el Consejo Superior de Seguridad Nacional en un comunicado.
Reacciones y presiones
La decisión iraní preocupa, no obstante, a la comunidad internacional y especialmente a los europeos, que siguen defendiendo el pacto de 2015, a pesar de la retirada estadounidense.
Londres consideró que esa medida era “inoportuna”; Berlín llamó a Teherán a respetar el acuerdo “en su totalidad”; y París, que no excluye nuevas sanciones de la Unión Europea (UE), mostró su “preocupación” y pidió evitar cualquier
“escalada”.
China, por su parte, llamó a la “moderación” y el diálogo, y Moscú insistió en la importancia de “convencer” a los europeos de la necesidad de “cumplir con sus promesas”, algo que la UE no hizo, según acusó el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad, en Moscú, donde dio una rueda de prensa con su homólogo ruso Serguéi Lavrov.
Validado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el acuerdo permitió a Irán obtener un levantamiento parcial de las sanciones internacionales a las que estaba sometido.
A cambio, Teherán aceptó limitar de manera drástica su programa nuclear y se comprometió a no buscar dotarse del arma nuclear.
Pero al juzgar que el acuerdo no ofrecía garantías suficientes, Trump retiró a su país hace exactamente un año y restableció sanciones contra Teherán.
Esto afectó duramente a la economía de la República Islámica y a sus relaciones comerciales con los otros países involucrados.
Los europeos, China y Rusia reiteraron su compromiso, pero se mostraron incapaces de respetar su promesa de permitir que Irán se beneficie de las ventajas económicas del acuerdo.
La UE creó un mecanismo para permitir que Irán continúe comerciando con sus empresas eludiendo las sanciones estadounidenses, pero esa iniciativa aún no ha permitido ninguna transacción.
Poco tiempo
Teherán advirtió que, si al cabo de 60 días los otros países no encuentran una solución, dejará de respetar las restricciones sobre el grado de enriquecimiento de uranio o las medidas relativas a la modernización del reactor de agua pesada de Arak, en el centro de Irán.
La República Islámica agregó que las medidas anunciadas pueden revertirse en cualquier momento si las exigencias de Irán “son tomadas en cuenta”. Pero si al cabo de 120 días “no llegamos a un resultado, se tomará otra medida”, agregó Rohani, sin dar detalles.
Robert Kelley, un exinspector nuclear de la ONU que trabaja ahora en el Instituto Internacional de Estocolmo de Estudios para la Paz (SIPRI), afirmó que los compromisos que dejaría de cumplir Irán no tenían relevancia en su capacidad de desarrollar la bomba atómica.
El encargado de verificar la aplicación del acuerdo por parte de Irán, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) certificó hasta el momento que Teherán respetaba sus compromisos.