Alfredo García
El presidente Donald Trump estaría creando condiciones internacionales para consolidar su estrategia “aislacionista” y de “agresiva negociación” en un segundo mandato, sugiere el prestigioso analista argentino y experto en conflictos internacionales, Mariano Aguirre, en un artículo publicado por la BBC.
“En las últimas semanas el gobierno de Estados Unidos ha incrementado la presión sobre Irán. El presidente Donald Trump, además, ordenó desplegar 1,000 efectivos adicionales en Oriente Medio. Estados Unidos estaría reafirmando su fuerza en la región. Sin embargo, otros signos indican que gradualmente se retira. Y el espacio que deja es ocupado por otras potencias”.
La aparente contradicción entre la presencia militar en Siria, Irak y Afganistán y la ofensiva contra Irán, mientras refuerza alianzas con Israel, Arabia Saudita y Egipto, Aguirre la explica citando al analista holandés-palestino, Mouin Rabbani: “No es falta de interés, sino que el gobierno de Trump ha delegado su política regional en los intereses de Israel y Arabia Saudita”.
“Desde su llegada a la presidencia, Trump ha tomado decisiones clave en favor de Israel y Arabia Saudita”, agrega el analista argentino: el reconocimiento de Israel como capital del Estado judío, el corte financiero a la Agencia de Naciones Unidas de Asistencia a los Refugiados Palestinos, UNRWA, el encargo a su cuñado, Jared Kushner, en alianza con el príncipe saudita, Mohammed bin Salman, para un proyecto de solución al conflicto israelí-palestino y el reconocimiento de la “soberanía” de Israel sobre los territorios ocupados de Altos del Golán.
Respecto Arabia Saudita, la posición de Trump restando importancia a la opinión de la CIA y el Congreso al negarse a condenar al príncipe saudita, bin Salman, por el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi y el ofrecimiento de tecnología nuclear a pesar de la recomendación en contra del Congreso, son pruebas de compromiso con la monarquía saudita. El contraste con el anterior gobierno del presidente Barack Obama es escandaloso. Durante el mandato de Obama fue notoria la política exterior saudita en alianza con la ultraderecha republicana y el gobierno israelí para obstaculizar su política en el Medio Oriente, en particular el acuerdo nuclear con Irán.
“Trump llegó a la Casa Blanca criticando las intervenciones en la región, denunció el acuerdo sobre el programa nuclear iraní y se alineó más abiertamente con Israel, con la idea de que los palestinos deben aceptar que han perdido su lucha” (…) “Internamente, Trump complace a sus donantes americano-israelíes ultraconservadores y a sus votantes evangélicos, profundamente proisraelíes”(…) “Así mismo, busca la alianza con las monarquías árabes con el fin de mantener precios estables del petróleo, venderles armas y sostener el entramado de intereses que tiene Riad en Estados Unidos”, según el citado análisis. Todo ello en un torcido contexto, donde las monarquías del Golfo quieren que Trump los proteja de Irán, mientras el empresario presidente presiona para que paguen por su seguridad.
El veterano especialista en conflictos internacionales ofrece una visión racional del polémico presidente: “El gobierno de Trump representa un intento de readaptarse al nuevo mundo, con una política aislacionista y de agresiva negociación sobre la posición económica y tecnológica de su país”. Aguirre añade: “El uso de la fuerza, es un instrumento de negociación. Si decidiese utilizarla, como le alientan algunos de sus asesores, lo haría limitadamente y evitando restricciones del Derecho Internacional”.