KINSHASA, Congo, 18 de julio (EFE).- La República Democrática del Congo (RDC) entró hoy en una nueva fase en la lucha contra el brote de ébola que desde agosto pasado asola el noreste del país, después de ser declarado ayer como una emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras morir 1,698 personas.
“Es hora de que el mundo tome nota y de redoblar nuestros esfuerzos. Necesitamos trabajar juntos en solidaridad con la RDC para poner fin a este brote”, urgió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, tras el esperado anuncio.
La OMS tomó la decisión casi un año después de que se declarara oficialmente el brote -el más letal de la historia de la RDC y el segundo del mundo tras la epidemia en Africa Occidental de 2014-, el 1 de agosto de 2018 en las provincias de Kivu del Norte e Ituri.
“Se ha hecho un trabajo extraordinario durante casi un año en las circunstancias más difíciles”, recalcó Tedros sobre la considerada primera epidemia de ébola en una zona en conflicto (donde operan decenas de grupos armados), cuya contención se ha visto menguada por la desconfianza de la población local y los ataques a sanitarios.
Desde enero, se han reportado unos 200 ataques contra trabajadores de la salud, y al menos siete de ellos han sido asesinados por atacantes no identificados.
La decisión de declarar una emergencia internacional se produce tan solo dos días después de que el Ministerio de Sanidad congoleño confirmase un primer caso de ébola en la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, con más de un millón de habitantes y localizada a escasos kilómetros de la vecina Ruanda.
“La gente sigue muriendo en las comunidades, los trabajadores sanitarios continúan contagiándose y la transmisión no se detiene. La epidemia no está bajo control”, alertó, por su parte, la presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF), Joanne Liu.
“Necesitamos hacer balance de lo que funciona y de lo que no”, señaló Liu en un comunicado, al recomendar que se amplíe la vacunación “en un contexto donde el seguimiento de contactos no es plenamente efectivo y no se llega a todas las personas afectadas”.
Desde el pasado 8 de agosto, más de 164,750 personas han sido inoculadas, sobre todo, en las ciudades de Butembo, Beni -actual epicentro del brote- y Katwa, principales focos de esta epidemia que ya ha contagiado a más de 2,520 personas.
En esta misma línea, el presidente de la Fundación AIDS Healthcare (AHF, por sus siglas en inglés), Michael Weinstein, hizo un llamamiento para la puesta en marcha de “una campaña inmediata de inoculación a gran escala”, y lamentó que la OMS necesitara tanto tiempo para valorar este brote como una emergencia global.