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Temperaturas heladas, TV a todo volumen, luces día y noche… Así viven migrantes en centros de EU

Javier Torres, un migrante hondureño, califica de “horrorosa” su estancia en los tres  centros  de  detención  de Arizona en los que estuvo durante 65 horas, donde lo mantuvieron en cuartos sumamente fríos, con música a todo volumen, intensas luces encendidas de manera permanente y en medio de reos con uniformes anaranjados.

Pese a denuncias de organizaciones civiles y de migrantes, el Presidente estadounidense,  Donald Trump , defendió hoy que las condiciones en las que se encuentran los migrantes en los centros de detención de su país son mejores que en las que viven en sus lugares de origen. Muchos de esos (migrantes) ilegales extranjeros están viviendo mucho mejor ahora que de donde vinieron y en condiciones mucho más seguras”, arremetió el vía Twitter.

Phoenix (EE.UU.), 3 jul (EFE).– Migrantes  sin documentación oficial  que han pasado por  centros  de  detención  en Arizona, Estados Unidos, alegan haber sido víctimas de “maltrato psicológico ” por parte de autoridades federales y permanecer en condiciones deplorables, incluso junto a migrantes con “uniformes anaranjados”, que usan los presos.

Los testimonios de algunos m igrantes  que se encuentran en albergues se alinean con las diversas denuncias en torno a los  centros  de  detención , calificados de “campos de concentración” por varios organizaciones humanitarias y a favor de los migrantes.

Una polémica que se ha visto acrecentada con la confirmación esta semana de la muerte del hondureño Yimi Alexis Balderramos-Torres, de 30 años y el undécimo m igrante  que pierde de la vida en los últimos meses mientras está bajo custodia de las autoridades federales.

De “horrorosa” califica Javier Torres su estancia en los tres  centros  de  detención  de Arizona en los que estuvo durante 65 horas, donde lo mantuvieron en cuartos sumamente fríos, con música a todo volumen, intensas luces encendidas de manera permanente y en medio de reos con uniformes anaranjados.

Este padre hondureño, de 31 años y que cruzó la frontera con su esposa de 24 años, Dilsia, y su hijo Hergy, de 5 años, terminó en el centro de  detención  de Yuma, donde asegura a Efe  que sufrió “ tortura   psicológica “.

“Es terrible, mi hijo se estaba volviendo loco, después de 12 horas de encierro empezó a golpearse la cabeza en la pared, como otras personas que hacían lo mismo”, señaló el migrante, que logró ser puesto en libertad y dirigirse al albergue Helping with all my Heart, de Phoenix (Arizona).

Narró que los oficiales separan a los migrantes y los mantienen en cuartos llamados “hieleras”, por las bajas temperaturas, donde no les permiten dormir, carecen de duchas, cepillos de dientes y solo los alimentan con comida “picante”.

“Nunca apagan la luz, así que no sabes si es de día o de noche, tenían los televisores a todo volumen con música que te vuelve loco, había reos con trajes anaranjados y otros azules, uno de ellos no dejaba de golpear su cabeza en la pared la que ya estaba toda ensangrentada”, dijo Torres.

El vocero de la Patrulla Fronteriza Sector Yuma, José Garibay, dijo a Efe  que no cuentan con “celdas de castigo” y que las personas que vestían uniformes anaranjados son “extranjeros ilegales” que están próximos a ser deportados.

“Pasan por nuestra estación en Yuma después de terminar su sentencia y ser deportados a México”, comentó, sin dar más detalles.

La activista Elizabeth Torres, que fue detenida por la Patrulla Fronteriza cuando cruzó la frontera de Nogales (Arizona), indicó a Efe  que fue procesada en  centros  de  detención  junto a “criminales”.

“Estuve encerrada junto a personas que cometieron delitos, me pasaron al centro de  detención  de Estrella y luego a Las Vegas (Nevada), y me tocó vivir esa experiencia”, señaló.

Alegó que los  centros  de  detención  están adquiriendo características que los emparentan con campos de concentración, donde se vulneran los derechos de los migrantes.

“Los migrantes no tienen por qué inventar esas historias, puedes ver el miedo y la desesperación en su caras, eso es lo que hacen en Arizona desde los tiempos de (el exalguacil del Condado de Maricopa) Joe Arpaio”, destacó.

Activistas y organizaciones han denunciado en los últimos días un sistema migratorio represivo, a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y alertan del hacinamiento y la falta de condiciones para albergar a un número sin precedentes de m igrantes .

Este lunes la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció hacinamiento extremo, estancias largas y riesgos para la salud en los  centros  de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.

El pasado martes, miles de personas se sumaron a más de 180 protestas a lo largo del país para exigir el cierre de los  centros  de  detención  de migrantes y cancelar la entrega de fondos al Gobierno de Donald Trump que pretendan continuar con sus duras políticas migratorias.

¡En las manifestaciones, se recordó a Balderramos-Torres, fallecido el pasado 18 de junio en Texas, así como a los otros centroamericanos que murieron tratando de cruzar la frontera, incluidos siete niños.

La separación familiar tiene en zozobra a progenitores como Mayra Fajardo, que confiesa quedó en un “mar de llanto” cuando lo agentes de inmigración la separaron de su nieta Leslie, de 13 años, y ahora no sabe por dónde buscarla.

“Yo no sabía que esto iba pasar, que nos iban a tratar como delincuentes”, comentó a  Efe  la guatemalteca junto a su hijo Jason, de 17 años.

La nicaragüense Zarick, de 11 años, pasó cuatro días en un centro de  detención  junto a su madre y su hermana, de meses de nacida, donde asegura recibieron un trato como si fueran “criminales”.

“Lo que más les preocupaba a los policía era ver si teníamos piojos, nos revisaban el pelo, como si fuéramos unos piojoso, y luego nos trataban con gritos y nos daban comida con chile para torturarnos”, dijo la menor.