Por Jorge Gómez Barata
La era moderna se asocia al desarrollo naval, a partir del cual los pueblos del Mediterráneo construyeron grandes buques, crearon instrumentos de navegación, y aprendieron a navegar más allá de horizonte, protagonizando la “aventura atlántica”, mediante la cual América fue incorporada a las corrientes civilizatorias occidentales que, entre otras cosas dieron lugar a los Estados Unidos, primer estado independiente en la región que, entre otras cosas, desarrolló una intensa relación con el mar.
Ubicado a lo largo de la costa del Atlántico, en 1803, con la adquisición de Luisiana y Florida, Estados Unidos obtuvo un inmenso litoral sobre el Golfo de México. En 1846, mediante el despojo de territorios mexicanos, salieron al Pacifico, y al sumar Alaska en 1867, lograron una costa ártica, convirtiéndose en la única nación con salida a cuatro mares.
Curiosamente, el himno de los marines contiene una extraña referencia “…a las costas de Trípoli…”, expresión asociada a las primeras batallas navales de los Estados Unidos, libradas a finales del siglo XVIII contra los piratas bereberes que asolaban a sus buques en el Mediterráneo. Se trata de una época pretérita, cuando en lugar de hostilizar a barcos que abastecen a de un pequeño país, Estados Unidos tuvo necesidad de defender a los suyos.
La historia
Desde épocas milenarias, en la costa del Mediterráneo, desde Marruecos hasta Túnez, se asentaban los pueblos bereberes que, durante siglos, cobraron tributos a las naves europeas que se adentraban en lo que entonces era un “lago árabe musulmán”.
Cuando Estados Unidos obtuvo la independencia, sus naves continuaron operando en esa ruta, en la cual eran obligadas a pagar los habituales tributos, a lo cual el gobierno estadounidense puso reparos. En 1785 Argelia capturó dos buques norteamericanos, y tomó como rehenes a tripulantes y pasajeros, por los cuales se pagó rescate.
En 1801 el presidente Thomas Jefferson envío naves de guerra a la zona, y estableció un bloqueo naval sobre la ciudad de Trípoli, capital del estado. En esas operaciones fue hundida la fragata USS Filadelfia, la cual encalló y su tripulación fue apresada, por lo que Estados Unidos organizó un rescate. En definitiva, la situación fue salda mediante un ataque por tierra. Los Estados Unidos ganaron su primera guerra, y los marines inscribieron en su himno el hecho.
Además de Jefferson otros dos presidentes estadounidenses, Woodrow Wilson y Franklin D. Roosevelt, defendieron como un principio la libertad de los mares. El primero al incluirlo entre los 14 puntos que sirvieron de base a la constitución de la Sociedad de Naciones, y el otro, al estamparlo en la Carta del Atlántico, que fue base de la coalición anti hitleriana y borrador de la Carta de las Naciones Unidas.
Los estadounidenses que conozcan estas historias, seguramente se sentirán avergonzados de que su país utilice su inmenso poderío y su extraordinaria influencia política para perseguir a los buques mercantes que llevan petróleo y alimentos a Cuba.