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Internacional

El objetivo era matar mexicanos

EL PASO, Texas, EE.UU., 9 de agosto (AP/AFP/EFE).- El hombre acusado de perpetrar la masacre en una tienda Walmart de El Paso el fin de semana pasado confesó después de rendirse que él era el autor y que su objetivo era atacar a mexicanos, según un documento al que tuvo acceso hoy el diario The Washington Post.

Patrick Crusius, de 21 años, salió con las manos en alto de un vehículo que estaba detenido en una intersección poco después de los homicidios del sábado pasado y les dijo a los agentes: “Yo soy el que disparó”, afirmó el detective Adrian Garcia en una declaración jurada sobre una orden de arresto.

Posteriormente, según revela el documento -que está escrito por el detective Adrián García-, Crusius renunció a sus “Derechos Miranda” y accedió a declarar a los detectives, diciéndoles que entró a la tienda con un fusil de asalto AK-47 y múltiples cartuchos, y que el objetivo de su ataque eran los mexicanos.

Los “Derechos Miranda” son los que goza todo sospechoso en Estados Unidos, al cual se le avisa que tiene derecho a guardar silencio y a hablar previamente con un abogado.

Entre los 22 muertos en el tiroteo, hay ocho ciudadanos mexicanos y muchos estadounidenses de origen hispano. Autoridades mexicanas dijeron que al menos seis de la veintena de heridos son mexicanos.

Las autoridades creen que Crusius publicó poco antes del ataque un manifiesto racista en línea expresando su molestia por la llegada de hispanos a Estados Unidos.

En el manifiesto, el supremacista afirmó que estaba “defendiendo” a Estados Unidos “del reemplazo cultural y étnico provocado por una invasión”.

Retórica divisiva

El documento replica parte de la divisiva retórica del presidente Donald Trump sobre la inmigración, pero el autor señala que sus puntos de vista preceden al ascenso de Trump a la presidencia y que cualquier intento de culpar al mandatario por las acciones de él son “noticias falsas”.

Muchos manifestantes, demócratas y residentes de El Paso han criticado a Trump por sus palabras provocadoras y lo han culpado de la política polémica y las tensiones raciales en el país. Trump niega que haya provocado división y violencia, y esta semana afirmó que él “une a las personas. A nuestro país le va increíblemente bien”.

Las autoridades dicen que Crusius condujo más de 10 horas desde su ciudad natal cerca de Dallas para perpetrar el tiroteo en la ciudad fronteriza de El Paso, habitada en su mayoría por hispanos.

El Paso se encuentra sobre el río Bravo, que marca la frontera de Estados Unidos con México. Tiene una población de 680.000 personas, de las cuales el 83% son de ascendencia hispana.

Un abogado de la familia de Crusius, Chris Ayres, le dijo a The Associated Press que el resto de la familia nunca había escuchado que Crusius utilizara el tipo de lenguaje racista y antiinmigrante que fue publicado en el manifiesto en línea.

Horas después del ataque hubo otro tiroteo mortal en Dayton, Ohio, donde nueve personas murieron. Los dos tiroteos dejaron un total de 31 fallecidos y decenas más de heridos, y resurgieron las peticiones al Congreso de que actúe de inmediato para reducir la violencia con armas de fuego.

Los tiroteos, producidos con 13 horas de diferencia, han revitalizado el debate por el control de armas en EE.UU., donde el Congreso lleva más de dos décadas sin aprobar una ley que limite significativamente la posesión de armas, en parte debido a la influencia de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Defensa a ultranza

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este viernes que habló con la Asociación Nacional de Rifle (NRA) y afirmó que es el más ferviente defensor del derecho a portar armas de fuego, pocos días después de dos tiroteos masivos.

“Yo soy el mayor defensor de la Segunda Enmienda que hay”, dijo Trump en Twitter, en referencia a la provisión legal que avala el derecho a portar armas. “Pero todos tenemos que trabajar juntos por el bien y la seguridad de nuestro país”, agregó.

La NRA, con unos 5,5 millones de miembros, es un poderoso grupo de cabildeo que se opone a casi cualquier restricción en la venta y posesión de armas de fuego con el argumento de que la Segunda Enmienda de la Constitución de EE.UU. garantiza a los ciudadanos el derecho a la posesión de armas.

Trump confirmó que habló con los líderes de la NRA, el poderoso grupo de presión a favor de las armas, después de las matanzas, para que sus posturas puedan ser “representadas plenamente y respetadas”.

Trump dijo que los líderes del Senado y de la Cámara de Representantes están discutiendo una “verificación de antecedentes seria” y reiteró que las armas no deberían estar en manos de personas con problemas mentales.

También las redadas

Trump defendió este viernes, además, las redadas masivas que produjeron el arresto de 680 personas sin documentos en siete plantas de pollo del sureste de Estados Unidos, al afirmar que estas medidas funcionan como un disuasivo contra la inmigración ilegal.

“Quiero que la gente sepa que, si vienen a Estados Unidos ilegalmente, se van a ir”, dijo Trump a periodistas. “Y esto sirve como un buen disuasivo”.

“Cuando la gente vea lo que vio (el miércoles), sabrán que no se van a quedar aquí”, prosiguió en declaraciones en la Casa Blanca.

Las redadas del miércoles en seis ciudades de Misisipi desataron duras críticas luego de que la prensa local divulgó imágenes de los niños que quedaron solos al salir de la escuela, llorando y sin tener adónde ir ni qué comer.

La fiscalía había informado que 300 de los detenidos fueron liberados, con tobilleras electrónicas y órdenes de acudir a un tribunal de migración para que un juez decida si procede la deportación.

También aseguró que 30 de ellos habían sido liberados por razones humanitarias, para que sus hijos no se quedaran solos.

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