Por Manuel E. Yepe
La justicia italiana condenó a inicios de julio último a cadena perpetua a 24 militares, policías y funcionarios de Uruguay, Bolivia, Chile y Perú acusados por el asesinato de ciudadanos italianos residentes en esos países en la Operación Cóndor, la operación represiva llevada a cabo por las dictaduras militares de esas naciones durante las décadas de 1970 a 1980 en América Latina.
Desde Montevideo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, aplaudió la histórica sentencia, que incluyó entre sus víctimas al ex ministro boliviano del Interior Luis Arce Gómez. “Saludamos el histórico fallo de la justicia italiana que sentenció a cadena perpetua a 24 autores materiales de crímenes contra la humanidad en Bolivia, Chile, Perú y Uruguay durante las dictaduras y como parte del Plan Cóndor ejecutado por la CIA. Derrotamos a la impunidad con la verdad”, tuiteó el mandatario boliviano.
La noticia fue confirmada a la agencia estadounidense AP por el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, quien agregó que el fallo alcanza al marino Jorge Néstor Troccoli, único de los acusados que reside en Italia y que asistió a título personal al proceso.
Troccoli escapó de Uruguay en 2007 y se trasladó a Italia, país del cual es ahora ciudadano.
El Tribunal de Apelación de Roma cambió así un fallo emitido en primera instancia en enero de 2017 que absolvió a 19 imputados por considerar que habían prescrito los delitos.
En la primera instancia fueron condenados a cadena perpetua ocho acusados, todos en ausencia: el ex dictador boliviano Luis García Meza, y su ministro del Interior, Luis Arce Gómez; el ex presidente peruano Francisco Morales Bermúdez, el ex ministro de ese país Pedro Richter, y el militar retirado Germán Ruiz; los chilenos Hernán Ramírez y Rafael Ahumada, y el ex canciller uruguayo Juan Carlos Blanco, quien se encuentra en prisión domiciliaria en Montevideo.
García Meza falleció en 2018 y Richter en 2017, meses después del fallo.
La decisión del Tribunal de Apelación condenó posteriormente a los ex militares chilenos Pedro Espinoza, Daniel Aguirre Mora, Carlos Luco Astroza, Orlando Moreno Vásquez y Manuel Vásquez Chauan; a los ex militares y policías uruguayos Jorge Néstor Troccoli, Ricardo Arab, José Gavazzo, Juan Carlos Larcebeau, Pedro Mato, Luis Alfredo Maurente, Ricardo Medina, Ernesto Ramas, José Sande Lima, Jorge Silveira, Ernesto Soca y Gilberto Vázquez.
Todos fueron condenados por delitos de homicidio voluntario y deberán pagar el costo del proceso judicial.
José Gavazzo fue noticia en meses recientes en Uruguay por haber confesado ante un Tribunal de Honor del Ejército que arrojó a un río el cuerpo de un prisionero que murió en un cuartel del cual él era jefe.
El proceso legal se inició hace 20 años en Italia a partir de la denuncia de algunos familiares de desaparecidos.
El denominado Plan Cóndor, por el que las dictaduras militares de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay coordinaron a finales de los años 70 la persecución y asesinato de opositores, constituye uno de los capítulos más repugnantes del siglo pasado en la región.
Uno de los sentenciados, el chileno Rafael Ahumada, recibió condena en ausencia a 20 años de cárcel por una corte francesa, junto a otra docena de ex oficiales militares y agentes represores, por la desaparición en Chile del ciudadano francés Georges Klein Pipper, un médico que acompañó al asesinado presidente Salvador Allende mientras los militares bombardeaban el palacio de gobierno de La Moneda, en Santiago de Chile.
En Montevideo, miembros de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos durante la dictadura y la aplicación del Plan Cóndor siguieron por medio de videoconferencia el anuncio de las penas para 24 represores, entre los cuales estaba el ex canciller uruguayo Juan Carlos Blanco.
La justicia italiana, por su parte, condenó a cadena perpetua a 24 militares, policías y funcionarios de Uruguay, Bolivia, Chile y Perú acusados de asesinar a italianos en la Operación Cóndor, el plan represor que se aplicó durante las dictaduras militares en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980.
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