"Estados Unidos ha orquestado una campaña de propaganda sobre el presunto incumplimiento por parte de Rusia del Tratado INF", denunció el mandatario ruso.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha ordenado este viernes analizar el nivel de amenaza que representa para su país la reciente prueba de un misil de crucero por parte de EE.UU. y preparar "medidas integrales para una respuesta simétrica".
En una reunión con miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Rusa, Putin afirmó que el hecho de que la prueba fuera realizada tan solo 16 días después de la cancelación oficial del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) demuestra que "no fue una improvisación, sino un eslabón más en la cadena de acciones que se habían planeado y se habían llevado a cabo antes".
Una "campaña de propaganda" para encubrir sus propias violaciones
Según el mandatario ruso, ello "confirma la validez" de las preocupaciones expresadas en reiteradas ocasiones por Moscú en relación a que Washington "llevaba mucho tiempo involucrado en la creación de armas prohibidas por el Tratado INF".
Sin embargo, en vez de "corregir esta situación inaceptable y volver al cumplimiento" del pacto, EE.UU. optó por "orquestar una campaña de propaganda sobre el supuesto incumplimiento de las disposiciones de este Tratado por parte de Rusia", se lamentó el presidente. Según él, "ahora resulta obvio para todos" que "el único propósito" de estas acciones era "encubrir" las violaciones del acuerdo cometidas por el propio Washington y "su intención inicial de retirarse de él".
"Todo esto no ofrece dudas sobre cuáles son los verdaderos planes de Estados Unidos: deshacerse de las restricciones establecidas y desatarse las manos para desplegar misiles previamente prohibidos en varias regiones del mundo", alertó Putin.
Asimismo, recordó las declaraciones de políticos estadounidenses de alto rango acerca de que el despliegue de nuevos sistemas puede comenzar desde la región de Asia y el Pacífico, y subrayó que esto "afecta a los intereses fundamentales" de Moscú, al encontrarse "cerca de las fronteras rusas".
"Una respuesta simétrica"
"Nunca quisimos, no queremos y no nos involucraremos en una carrera armamentista costosa y destructiva para nuestra economía", aseguró Putin, recordando que Rusia tan solo ocupa el séptimo lugar en términos de gasto en Defensa, mientras que el desarrollo en su país de novedosos armamentos fue provocado por la retirada unilateral de EE.UU. del Tratado sobre Misiles Antibalísticos en 2003 y la necesidad de "garantizar la seguridad de nuestro pueblo y nuestro país".
"Estamos haciendo esto ahora y, ciertamente, lo haremos en el futuro", recalcó el presidente, antes de instar al Ministerio de Defensa, la Cancillería y otros departamentos pertinentes a "analizar el nivel de amenaza que representan las acciones mencionadas de los Estados Unidos para el país y tomar medidas integrales para preparar una respuesta simétrica".
Al mismo tiempo, Putin recalcó que Rusia sigue abierta a "un diálogo igualitario y constructivo" con EE.UU. para "restablecer la confianza y fortalecer la seguridad internacional".
- El acuerdo sobre la destrucción de proyectiles de alcance medio y corto quedó oficialmente cancelado el pasado 2 de agosto a iniciativa de EE.UU. Ese día el Pentágono anunció que comenzaría a desarrollar ese tipo de misiles con ojivas convencionales, algo que prohibía el Tratado INF.
- Días después de su salida del Tratado INF, EE.UU. probó un misil de crucero. El Pentágono precisó que se trata de una versión de lanzamiento modificada de un misil de crucero Tomahawk de la Marina, efectuado desde la isla San Nicolás (estado de California) y está diseñado para llevar una carga convencional y no nuclear.
(RT)