PEKIN, China, 8 de agosto (EFE / AFP).- El comercio internacional de China tuvo un desempeño mejor del esperado en julio, mes en el que avanzó un 5,7% interanual, aunque los analistas creen que esto no es señal de una recuperación en los próximos trimestres, ya que Estados Unidos hará frente a la devaluación del yuan con más aranceles.
El hecho de que el dato supere los pronósticos no evita que el comercio internacional del gigante asiático siga en el terreno de la desaceleración, ya que el avance de julio es 6,8% menor al registrado en el mismo mes del año anterior, según datos oficiales publicados hoy por la Administración General de Aduanas.
En el séptimo mes de 2019, el comercio exterior de China se situó en los 2,74 billones de yuanes (388,640 millones de dólares, 346,709 millones de euros), y las exportaciones aumentaron un 10,3% mientras que las importaciones lo hicieron en un 0,4%.
Las compras de productos extranjeros vuelven así al terreno expansionista tras haber caído un 0,4% en junio.
El superávit comercial fue de 310,260 millones de yuanes (44,037 millones de dólares, 39,282 millones de euros), lo que supone un ensanchamiento del 75,3% con respecto al dato del mismo mes del año anterior.
Mejor en julio
Los datos de julio son algo mejores de lo esperado por analistas como Julian Evans-Pritchard, de la consultora Capital Economics, que toma como base los de Aduanas denominados en dólares y no en yuanes.
En su opinión, pese a que el comercio chino resistió en el séptimo mes del año, el analista no espera que la tendencia a la ralentización vaya a ser revertida en el corto plazo.
El impulso que China trata de dar a sus exportaciones al permitir la devaluación del yuan frente al dólar a niveles de 2008 esta misma semana, indica Evans-Pritchard, no será suficiente para evitar que las ventas “sigan apagadas” en los próximos trimestres.
¿La razón? Que Trump, a quien no ha gustado nada la caída de la moneda china -EE. UU. ha designado oficialmente a China como país “manipulador de divisa”-, responderá elevando los aranceles aun más, tal y como hizo la semana pasada al anunciar nuevas tasas del 10% sobre importaciones chinas valoradas en 300,000 millones de dólares.
Asimismo, las exportaciones se verán afectadas por la ralentización de la economía a nivel global, y las importaciones, por la caída de la demanda doméstica en China.
Con Estados Unidos
Los intercambios con Estados Unidos, país con el que China mantiene una guerra comercial desde marzo de 2018, se redujeron en un 3,5% en julio, con una caída de las ventas a ese país del 0,1% y un descenso de las compras de productos estadounidenses mucho más pronunciado, del 14%.
En la suma de los siete meses, el dato es aun peor: el comercio con el país norteamericano bajó un 8,3%. Las exportaciones cayeron un 2,4% y las importaciones, un 24,2%.
Hasta julio, el superávit comercial de China con respecto a Estados Unidos fue de 1,1 billones de yuanes (162.935 millones de dólares, 145.329 millones de euros), un 10,8 % mayor al de los primeros siete meses de 2018.
La nación americana se sitúa en este período como tercer socio comercial de China, superado por los bloques de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y de la Unión Europea (UE). Los intercambios con el primero subieron un 11,2 %, y con el segundo, un 10,7 %.
Estos datos seguramente no sienten bien en Washington, dado que el desequilibrio en los intercambios con China es uno de los principales motivos que llevó al presidente estadounidense, Donald Trump, a dar comienzo a la disputa arancelaria, al considerar que Pekín utilizaba prácticas comerciales injustas.
En el acumulado hasta julio, el comercio exterior de China avanzó un 4,1% -ritmo 4,4 puntos porcentuales más lento en la comparación interanual- hasta alcanzar los 17,4 billones de yuanes (2,5 billones de dólares, 2,2 billones de euros).
Fue mejor el rendimiento de las exportaciones -avanzaron un 6,7%- que el de las importaciones, que subieron un 1,3%.
Trump escala conflicto
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atizó el fantasma de una guerra de divisas el jueves, en medio de la escalada del conflicto comercial que mantiene con China, al decir que no es feliz con un dólar fuerte.
Trump mantiene una política de máxima presión contra Pekín, que incluye gravar con aranceles todas las importaciones chinas que entren en Estados Unidos desde el 1 de septiembre, y acusa al gobierno del gigante asiático de manipular su moneda para tener ventajas competitivas en el mercado global.
Las palabras de Trump rompen con décadas de política estadounidense al decir que un dólar más bajo impulsaría la competitividad de las empresas del país.
“Como vuestro presidente, cualquiera podría pensar que estoy contento por nuestro dólar fuerte. ¡No lo estoy!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Los economistas criticaron de forma rotunda el movimiento de Trump, y recordaron que Pekín ha intervenido en el mercado de divisas para evitar que el yuan sufriera una caída aún mayor ante la desaceleración económica del país y la incertidumbre creada por la guerra comercial de mandatario estadounidense.
“Etiquetar a China como manipulador es totalmente falaz. No están manipulando”, aseguró C. Fred Bergsten, fundador del Peterson Institute of International Economics. “Es una noticia falsa, como diría Trump”, dijo Bergsten a la AFP.
Pero aunque que se mostró cauto por un posible conflicto cambiario, los riesgos de una guerra de divisas son reales.
Lo que podría desencadenar una guerra sería si la administración estadounidense tratara de vender dólares para debilitar el tipo de cambio, lo que podría llevar a Pekín a defenderse con su propia intervención.
“Eso constituiría una guerra de divisas”, explicó Bergsten. “Entrar en una guerra de divisas sería un asunto muy arriesgado. Particularmente con esta Administración, en la que nadie confía de ninguna manera”.
“Nadar a contracorriente”
Las diferentes administraciones estadounidenses, tanto demócratas como republicanas, han apostado durante décadas por un dólar fuerte porque da estabilidad y puede mantener una inflación baja haciendo que las importaciones sean más baratas.
Pero una divisa alta también hace que las exportaciones sean más caras. La empresa de maquinaria para la construcción y agrícola Caterpillar ha reducido sus objetivos de beneficios para este año debido a la caída de ventas en China.
Trump ha presionado repetidamente a la Fed para que recorte la tasa de interés casi a diario.