Internacional

'Gol” internacional

Alfredo García

En inesperado giro político el presidente Donald Trump despidió al emblemático halcón republicano John Bolton, Consejero de Seguridad Nacional. “Informé a John Bolton anoche de que ya no necesitamos sus servicios en la Casa Blanca. Discrepaba en gran medida de muchas sugerencias, igual que otros en la Administración, así que le pedí su dimisión y me la dio esta mañana. Agradezco mucho a John su servicio, nombraré a un nuevo consejero de Seguridad Nacional la próxima semana”, escribió el presidente en su cuenta Twitter.

Con su decisión Trump elimina su tercer consejero de Seguridad Nacional en menos de 3 años. El primero fue el teniente general (R), Michael Flyn, en 2017, que ejerció el cargo por sólo 23 días al revelarse contactos secretos con diplomáticos rusos. El segundo fue el teniente general (R), Herbert R. McMaster, que renunció en marzo de 2018 por “moderado”. En el caso de Bolton trascendió que las diferencias con Trump fueron por sus posiciones guerreristas, demostrándose la poco conocida capacidad de freno del presidente.

El pasado mes de junio, durante una visita a Reino Unido, Trump anunció su intención de reelegirse. Al ser consultado si pensaba postularse a un nuevo mandato respondió: “Bueno tengo toda la intención de hacerlo. Parece que todo el mundo quiere que lo haga”, informó el periódico británico, Mail on Sunday.

El despido de Bolton apunta hacia su temprana campaña de reelección. Contando hasta el momento con la aprobación de la economía, se hace indispensable un “gol” internacional para su victoria electoral en 2020. Según las más recientes encuestas de CNN, Trump recibió el 44% de aprobación en la gestión de gobierno y un 52% de desaprobación. Sin embargo en la economía el 56% aprueba, mientras el 42% desaprueba. Por tanto el punto débil es la política internacional, donde Trump se encuentra entrampado por su equivocada táctica de fuerza negociadora en la guerra comercial con China, el distanciamiento diplomático con Irán, las diferencias geopolíticas con la Unión Europea, UE, el fracaso del plan de paz israelí-palestino, el diálogo de sordos con Rusia, el estancamiento del programa nuclear con Corea del Norte, los repetidos patinazos injerencistas en Venezuela, el enfermizo retroceso en las relaciones con Cuba y las fracasadas negociaciones de paz con los talibanes.

Para hacer creíble una segunda opción presidencial, Trump necesita no sólo mantener la frágil unidad en el seno del Partido Republicano y moralizar a su conservadora base electoral rural y evangélica, sino inspirar a sectores jóvenes e independientes. Una reciente encuesta de Fox News entre los electores que votaron por Trump en 2016, mostró que el 52% no votará otra vez mientras el 33% lo haría. Un 13% se declaró indeciso.

Casi 4/5 de los electores que aprueban a Trump (79%) son blancos, 2% son negros y 9% latinos. El 70% carece, en su mayoría, de nivel universitario, y la edad promedio es de 52 años. La promesa de recuperar “la grandeza de América”, proteger el país de la fuga de empleos por los tratados comerciales y las posiciones xenófobas y racistas, son las consignas que mantienen “estable” el apoyo de la ultraderecha, sector que es minoritario en las grandes áreas urbanas pero fuertes en la “América profunda”, donde en centenares de pequeñas ciudades residen mayoritariamente, “trabajadores blancos que nunca viajaron, guardan un arma en la casa y siempre votan por el Partido Republicano”.

El nombramiento del nuevo consejero de Seguridad Nacional, marcará la pauta a seguir. Con la salida de Bolton, queda como vocero de la ultraderecha el canciller, Mike Pompeo, al que se atribuye cierta moderación. Sin embargo con miras en las elecciones de 2020, Pompeo también podría ser reemplazado, quedando la política exterior bajo control de Trump y los “asesores especiales”, Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner.