Zheger Hay Harb
Noticias Uno, el noticiero de televisión más independiente de Colombia ha anunciado que saldrá del aire.
Mientras casi todos los más grandes diarios, cadenas radiales y la televisión han pasado a ser propiedad de los mayores empresarios del país, Noticias Uno es propiedad (entre otros) de un periodista que tuvo que irse al exilio, amenazado por sus investigaciones periodísticas. La razón oficial es que no tiene suficiente rating para mantenerse y que ocasiona pérdidas económicas.
Eso suena raro si se considera que es el que más premios ha recibido desde su creación por sus investigaciones, por la seriedad de sus informes que ponen la noticia en contexto y sin temor señalan a los responsables, sean del gobierno o del partido que sea sin distingos ideológicos. Ejerce vigilancia sobre el poder, o mejor dicho, sobre los poderes porque de su radar no escapan los políticos de todas las tendencias, los religiosos ni los militares.
Por esa razón su fundador, el periodista Daniel Coronell, tuvo que exiliarse en Estados Unidos gracias al Comité para la protección de periodistas –CPJ- de Nueva York en tiempos del gobierno de Alvaro Uribe Vélez cuando las amenazas se centraron en la vida de su hija, entonces de 6 años de edad. El gobierno recibió con displicencia las denuncias de esta persecución. Gracias a ellas se cayó el ministro de Transporte de la época, renunció la directora del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación) de la Fiscalía general y tuvo que renunciar el jefe de la campaña de reelección de Uribe a la presidencia.
Por los informes de Noticias Uno el país se enteró de las trampas con que Alvaro Uribe logró su segundo mandato. Así supimos los colombianos que, gracias a ofrecimientos de notarías y otros cargos públicos obtuvo los votos necesarios para asegurarle un período más luego de haber hecho cambiar la Constitución para introducirle la reelección, hasta ese momento prohibida.
Los coletazos de ese escándalo llevaron a la renuncia y encarcelamiento de ministros y funcionarios de la entraña de Uribe.
También fue Noticias Uno la encargada de hacer pública la denuncia que el contralor del contrato de la Ruta del Sol hizo de las irregularidades que se cometieron en ese proyecto y que involucran al entonces Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, y a su antiguo jefe, el hombre más rico del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo.
El contralor, temeroso de terminar como chivo expiatorio a pesar de haber avisado de los ilícitos, grabó una conversación con el fiscal en la que éste reconoce que allí se montó un entramando corrupto: “jijiji, es una coima %$!&” dice el fiscal y además se le oye enumerar los delitos que en ese caso se cometieron por las dádivas con que la multinacional Odebrecht compró conciencias muy encumbradas. El fiscal se vio obligado a renunciar poniendo como pretexto la negativa de extradición de Jesús Santrich por parte de la Justicia de Paz –JEP- pero la realidad era que con esas evidencias la Corte Constitucional se aprestaba a inhabilitarlo y excluirlo del conocimiento de todos los procesos que tuvieran relación con ese caso, tal vez el más grande de corrupción que se hubiera conocido en el país.
No ha sido la única bomba que generó Noticias Uno: las relaciones de Alvaro Uribe con las organizaciones Convivir de supuesta autodefensa de campesinos que luego resultaron en manos de los paramilitares, las denuncias sobre su posible participación en masacres y en permisos de vuelo a avionetas de narcotraficantes cuando era director de la Aerocivil y la vinculación de su hermano Santiago con el caso de Los doce apóstoles han sido objeto de investigación periodística y son tratados con frecuencia en el noticiero.
El silenciamiento de este medio, tan incómodo para el gobierno, se da con el pretexto de que pierde dinero y para lograrlo Luis Carlos Sarmiento Angulo, dueño de cuatro bancos y de innumerables empresas, un verdadero pulpo económico, retiró la pauta sin la cual ningún medio periodístico puede subsistir, cobrándole así su independencia.
Con esas mismas armas hace 40 años el Grupo Grancolombiano, del banquero Jaime Michelsen intentó aniquilar al diario El Espectador. Con distintas armas pero el mismo objetivo, Pablo Escobar destruyó sus instalaciones y asesinó a su propietario y director.
Alvaro Uribe ha venido montando, desde hace tiempo, el engranaje que ahora finalmente puede terminar con el estorboso noticiero. Ha intentado vincular a su director con la mafia mediante un montaje que diariamente repite. Ya antes de la posesión de su discípulo como presidente de la República lanzó su amenaza: “Daniel Coronell, político y contratista de Santos, tiene pánico y con razón: un gobierno de Iván Duque manejará con transparencia las concesiones de televisión”.
La independencia que todos los medios predican es mortalmente peligrosa cuando alguno decide convertirla en realidad.