Este jueves 26 el director interino de Inteligencia Nacional de Estados Unidos tiene programado testificar ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y ese día los del partido demócrata en ese comité van a iniciar la tormenta política llamada a destituir al presidente Donald Trump.
El alegato de los demócratas consiste en que Trump presionó al Presidente de Ucrania para que investigara a Joe Biden y a su hijo en un momento en que Ucrania necesitaba desesperadamente recibir ayuda militar de Estados Unidos. Supuestamente, eran 250 millones de dólares en ayuda militar que él amenazaba con retener si Ucrania no cooperaba.
Trump admitió públicamente que habló de la corrupción de Joe Biden con el presidente ucraniano, pero insiste en que nunca lo presionó para que hiciera cosa alguna. Trump ha ofrecido publicar una transcripción completa de la llamada como prueba de lo que afirma.
Durante la última semana, Washington ha sido bombardeada por informes que indican que Trump presionó al presidente de Ucrania, Vlodymyr Zelensky para que desenterrara informes sobre hechos de corrupción que involucran al probable candidato a la presidencia por el Partido Demócrata contra Trump en año próximo.
El miércoles 18 de septiembre, el Washington Post escribió que Trump le había revelado algo a un líder extranjero que no identificó que “era tan alarmante que un oficial de inteligencia estadounidense que había trabajado en la Casa Blanca fue a informarlo al inspector general de la comunidad de inteligencia”.
Dos días después, el Wall Street Journal informó que el líder extranjero era Zelensky y que Trump se había interesado “unas ocho veces en el curso de una sola conversación telefónica” sobre las acusaciones de que el entonces vicepresidente Biden había presionado para que se destituyera a un fiscal público que investigaba a una empresa ucraniana empleadora de su hijo, Hunter Biden.
Un día después de ocurrir esto, Biden se quejó de que Trump estaba tratando de difamarlo, mientras que el domingo, Adam Schiff, presidente demócrata del comité de inteligencia de la Cámara, refiriéndose al caso, comentó que Trump podría ser culpable de “la más profunda violación del juramento presidencial de su cargo durante casi cualquier presidencia de Estados Unidos”.
Pero la fuente del WSJ negó específicamente que Trump hubiera amenazado con cortar la ayuda, mientras que el NYT informó que la decisión de poner fin a la ayuda militar -revocada posteriormente- había ocurrido en verdad semanas antes.
Según NBC News, es probable que los demócratas incluyan toda una serie de “delitos impugnables” en sus cargos contra Trump. También están reuniendo pruebas para posibles cargos de obstrucción de la justicia que provienen de la investigación del Asesor Especial Robert Mueller, incluyendo el testimonio de testigos oculares que el Comité Judicial recibió la semana pasada del ex gerente de campaña de Trump, Corey Lewandowski. Lewandowski testificó que el presidente le ordenó en dos ocasiones que le dijera al entonces Procurador General Jeff Sessions que se desacusara y cerrara la investigación de Mueller sobre Trump.
Otros cuyos delitos potencialmente impugnables incluyen la obstrucción al Congreso, una categoría que cubre una lista de esfuerzos de Trump para evitar que la Cámara obtenga testimonios y documentos de varios funcionarios federales, agencias e incluso personas que no trabajan para el gobierno.
El último conteo de CNN tenía 137 de los 235 demócratas en la Cámara de Representantes en apoyo al juicio político, pero las compuertas ya se han abierto y cada vez son más los que están saliendo a favor del juicio político cada día que pasa. Como los demócratas tienen una sólida mayoría en la Cámara, hay pocas dudas sobre cuál sería el resultado.
Pero el problema para los demócratas siempre ha sido el Senado, donde los republicanos tienen una pequeña mayoría. Los republicanos tienen actualmente 53 escaños, y eso siempre pareció ser un obstáculo insuperable para remover a Trump de su cargo.
“Hemos llegado a uno de los momentos más críticos de la historia de Estados Unidos, estamos al borde de una crisis constitucional que podría sacudir a Estados Unidos hasta la médula, y, de cualquier manera, el resultado final probablemente dejará a decenas de millones de estadounidenses profundamente enojados”, escribe el periodista experto en temas constitucionalistas, Daniel Lazare.
“La tensión política se ha estado elevando a un punto de ruptura durante mucho tiempo en esta nación, y ésta podría ser la chispa que desencadene el caos que nadie va a ser capaz de controlar”, escribe Lazare.