LOS ANGELES, California, Estados Unidos, 26 de septiembre (AFP).-Localizar focos de fuego, personas en peligro o sospechosas de un crimen, detectar gases tóxicos o tener un mapa 3D de una zona: los aviones no tripulados revolucionan las herramientas disponibles para los cuerpos de bomberos y policía en el mundo.
“La llegada de los drones cambió el juego para nosotros”, dijo a la AFP Richard Fields, un jefe en el Departamento de bomberos de Los Ángeles durante una conferencia especializada en esta metrópoli estadounidense. “Adonde no podemos ir, va un avión no tripulado, en donde no podemos ver, un avión no tripulado”.
Este cuerpo tiene por ejemplo 10 drones con ocho pilotos, apoyados por funcionarios a cargo de las precisas y poderosas cámaras, capaz de enfocar la placa de un auto a 1.5 km de distancia.
Eso permite buscar por focos de incendios forestales o ubicar personas desaparecidas en un bosque.
Estable y práctico, el dron “surte el vacío que dejan los helicópteros en el aire y las botas en el terreno”, señaló Fields, que participó en el congreso Artworks organizado por la compañía DJI, líder mundial de drones recreativos.
“Nos proporciona información rápida y precisa para tomar mejores decisiones y evaluar la urgencia de una situación”, añadió haciendo un balance de las 300 operaciones que ha hecho con estas naves desde 2017. “Ya no tengo que adivinar porque estoy viendo”.
Operación más económica
Romeo Durscher, que sirve de enlace entre DJI y los servicios de emergencia, señaló que el uso de este tipo de aparatos por agencias gubernamentales se sextuplicó entre 2015 y 2018, y ha ayudado a salvar 278 personas en el mundo hasta la fecha.
Todd McNeal, jefe de los bomberos en Twain Harte, una pequeña comunidad rural limítrofe con el parque nacional Yosemite de California y sus enormes y escarpados bosques, el dron trae consigo además una ventaja económica. “No importa si eres pequeño o grande para emplear esta tecnología, no tienen que ser un gran departamento metropolitano”.
La hora de vuelo de un dron comercial cuesta 50 dólares, lejos de los 1,500 que cuesta un helicóptero, que además no puede volar con seguridad cuando hay demasiado humo, o demasiado cerca de los árboles, que tiene que volver a repostar y cambiar de tripulación, y además envía imágenes con más retraso.
McNeal recordó como por ejemplo, durante un incendio forestal en Yosemite, pudieron “descargar datos en menos de una hora, directamente en el campo, y proporcionar a los hombres la información que necesitaban para detectar el peligro”.
Este jefe de bomberos no quiere decir que el dron es un sustituto del helicóptero, clave para evacuaciones o para trasladar personal, pero considera que estas aeronaves constituyen un avance tecnológico que cambia la forma de trabajar, como lo hicieron los respiradores personales o los radios portátiles.