Tres personas murieron hoy en la República Centroafricana al estrellarse un helicóptero de la ONU. Con una población de algo más de 4,5 millones de habitantes, este país vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los rebeldes séléka (musulmanes en su mayoría) derrocaron al presidente François Bozizé. Ese levantamiento desató, en un principio, una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos -con miles de muertos y cientos de miles de desplazados- que en la actualidad se ha tornado en una crisis en la que intervienen decenas de grupos armados.