Internacional

¿Angel o demonio?

Alfredo García

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Desde su campaña electoral en 2016, Donald Trump prometió abandonar el Tratado Nuclear con Irán y exigir a China una mayor presión sobre Corea del Norte por su programa nuclear. No es casual que la salida del acuerdo nuclear con Irán fuera una de sus primeras decisiones iniciando una escalada de tensiones con el país persa, ni que el primer mandatario recibido con altos honores por el flamante presidente norteamericano, fuera el mandatario chino, Xi Jinping.

En septiembre de 2017, enmedio de un intercambio de apocalípticas amenazas con el presidente norcoreano, Kim Jon-un, desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, Trump acusó al gobierno de Corea del Norte de ser “una banda de criminales” y aseguró que frente a un ataque norcoreano, su gobierno “no tendrá otra opción más que destruir por completo el país asiático”. La comunidad internacional reaccionó consternada frente a la amenaza de un conflicto nuclear y sus consecuencias para el resto del mundo. Meses después, cuando tras negociaciones secretas Trump declaró estar abierto a un “acuerdo de paz y una normalización de relaciones diplomáticas con Corea del Norte”, la humanidad respiró aliviada. Entre mutuos halagos, 3 cumbres siguieron a la distensión política relámpago entre ambos presidentes (Singapur, junio de 2018, Panmunjon, junio de 2019 y Vietnam, febrero de 2019) todas terminadas sin acuerdos y con diferentes interpretaciones por parte de Trump y Kim, seguida de un estancamiento de las negociaciones.

Casi dos años después, Trump repite el trágico libreto con Irán, esta vez como sangrienta parodia por su ventajosa asimetría militar, violando impunemente el espacio aéreo iraquí para asesinar a un miembro del gobierno persa y seguidamente presentarse como “ángel de paz” extendiendo su mano para conjurar enemigos comunes.

Después de la respuesta militar iraní contra dos bases militares ocupadas por tropas norteamericanas (5,000 soldados están en varias bases en Irak), con un saldo “al menos de 80 soldados estadounidenses muertos y otros 200 heridos”, según la televisión estatal iraní IRIB y “ninguna baja” de acuerdo a declaraciones de Trump, quien ponderó la grave confrontación al anunciar nuevas sanciones económicas contra Irán evitando una escalada militar, tras asegurar “estar listo para la paz”. “La lucha contra la milicia terrorista, Estado Islámico, EI, también es de interés para Irán y deberíamos trabajar juntos en esta y otras prioridades comunes” (…) “Estados Unidos está listo para hacer las paces con todos los que intentan hacer las paces”, manifestó Trump y ratificado por la embajadora de EU en la ONU, Kelly Craft, quien el pasado miércoles escribió en una carta al Consejo de Seguridad: “Estamos listos para negociaciones serias con Irán, sin condiciones previas”. Sin embargo está por ver si la sibilina declaración de Trump aplicada con éxito a Corea del Norte, tiene el mismo efecto en Irán.

Por su parte la Cámara de Representantes de EU en medio de la creciente polarización política provocada por el juicio que se sigue a Trump, aprobó el pasado jueves por 224 votos contra 194 (3 republicanos votaron a favor), la Resolución de Poderes de Guerra que aunque no es vinculante, señala que “el presidente no puede desplegar tropas norteamericanas en o contra Irán sin aprobación del Congreso”; y exige la terminación de las hostilidades contra Irán “en un plazo de 30 días”. La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, tras criticar el ataque con drones en Irak como “provocativo y desproporcionado”, aseguró: “El presidente dejó en claro que no tiene una estrategia coherente para proteger al pueblo estadounidense, reducir la escala con Irán y garantizar la estabilidad en la región”.