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El reverendo Clarence Smith Jr., de Chicago (EE.UU.), utilizó 142.000 dólares para comprarse un auto Bentley.

(RT).- El pastor de la iglesia New Life Impact, de Lawndale, Chicago (EE.UU.), Clarence Smith Jr., fue acusado de apropiarse de  centenares de miles de dólares  que el Estado le había otorgado para programas de  asistencia a niños carecientes.  Una de sus adquisiciones fue un vehículo Bentley de lujo, cotizado en 142.000 dólares, publicaron medios locales.

"Venía con Jordans, Bentleys y autos nuevos", contó Ravin Cosey, un vecino de la comunidad, quien finalmente reflexionó: "Los pastores no hacen eso".

Los hechos comenzaron en octubre de 2015 y se extendieron durante un año, tiempo en el que Smith Jr. sobrefacturó su servicio de alimentación a niños carecientes y le cobró a la Junta de Educación del estado de Illinois cerca de  un millón de dólares.

De acuerdo con la acusación, el pago fue realizado en dos veces a mediados de 2016. Los cheques fueron depositados en la cuenta a nombre de su iglesia y luego el reverendo retiró el dinero. El segundo fue por  825.695 dólares  y menos de una semana después compró un  Bentley Flying Spur 2015 de lujo.

Para poder concretar la estafa, mintió a las autoridades de la Junta de Educación al afirmar que los documentos sobre cuántos niños había alimentado "se habían dañado en una inundación y ya no estaban disponibles".

Sin embargo, Smith, de 45 años, permanece en libertad, luego de que en noviembre pasado  rechazara cuatro cargos relacionados con el fraude. Otro escándalo

Esta no es la primera vez que el pastor enfrenta problemas con la Justicia por cuestiones de dinero, ya que en 2011 se declaró culpable de haberse quedado con más de 100.000 dólares que pertenecían a un anciano.

La investigación comprobó que en junio de 2001 falsificó firmas para tener acceso a una cuenta de una cooperativa de crédito de un conocido que había muerto meses antes. Fue entonces que emitió una serie de cheques a su nombre por un total de  106.736 dólares.

Por eso fue condenado a  seis meses de cárcel  y se le ordenó  restituir el dinero  a los herederos, a la vez que estuvo dos años en libertad condicional. Sin embargo,  demoró los pagos,  que aún no finalizó, por lo que permanece  bajo supervisión judicial.

En tanto, en 2012 se declaró en bancarrota, con los 86.000 que le restaban por devolver como su mayor deuda. No obstante, la quiebra fue desechada, ya que Smith nunca completó el curso requerido sobre gestión financiera personal.