PARÍS, Francia, 3 de enero (AP/AFP).- Las potencias mundiales advirtieron el viernes que el mundo se ha convertido en un lugar más peligroso luego de que Estados Unidos mató al general de mayor rango de Irán, y aunque algunas pidieron moderación, Gran Bretaña y Alemania sugirieron que Teherán tenía parte de culpa por provocar el ataque dirigido que disparó las tensiones en Oriente Medio.
China, Rusia y Francia, todos ellos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no se pronunciaron de forma contundente sobre el ataque aéreo que acabó con la vida del general Qassem Soleimani y varios de sus socios en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad en la madrugada del viernes.
“Nos despertamos en un mundo más peligroso. La escala militar siempre es peligrosa”, afirmó la viceministra de Exteriores de Francia, Amelie de Montchalin, en declaraciones a la radio RTL. “Cuando ocurren estas acciones, estas operaciones, podemos ver que la escalada está en marcha”.
Rusia calificó el ataque estadounidense como “plagado de consecuencias graves”. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores advirtió que “estas acciones no ayudan a resolver los complicados problemas de Oriente Medio, sino que conducen a una nueva ronda de crecientes tensiones”.
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, informó que el presidente estadounidense Donald Trump tenía en la mira su campaña de reelección al momento de ordenar el ataque.
“El ejército de Estados Unidos actuó bajo órdenes de políticos estadounidenses. Todos deberían recordar y entender que los políticos estadounidenses tienen sus propios intereses, considerando que este año es un año electoral”, comentó Zakharova durante una entrevista televisiva.
Los adversarios de Trump consideran el ataque como uno imprudente, con el precandidato demócrata a la presidencia Joe Biden que dijo que el mandatario “arrojó una barra de dinamita a un barril de pólvora”.
China: “muy preocupada”
“La paz en Oriente Medio y en la región del Golfo Pérsico debería preservarse”, apuntó el vocero de la cancillería china, Geng Shuang. “Instamos a todas las partes implicadas, en especial a Estados Unidos, a que mantengan la calma y la moderación y eviten que las tensiones aumenten”.
Aunque se hicieron eco de las preocupaciones de las otras potencias sobre la situación, Gran Bretaña y Alemania rompieron filas y expresaron cierta comprensión de la posición de Washington.
La portavoz del gobierno alemán, Ulrike Demmer, dijo que la acción de Washington fue “una reacción a una serie de provocaciones militares de las que Irán es responsable”, señalando a los ataques contra petroleros y una instalación petrolera saudí, entre otros incidentes.
“Estamos en un punto peligroso de la espiral y lo que importa ahora es contribuir con prudencia y moderación a la escalada”, agregó. Alemania ocupa una plaza en el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque no de forma permanente.
El secretario británico de Exteriores, Dominic Raab, manifestó que “siempre hemos reconocido la agresiva amenaza que representa la fuerza iraní Quds dirigida por Qasem Soleimani”.
“Tras su muerte, pedimos calma a todas las partes”, dijo. “Un nuevo conflicto no es del interés de nadie”.
La promesa de Irán de vengar la muerte del general Qasem Soleimani en un ataque con dron estadounidense puede llevarlo a movilizar a sus aliados en Irak, a acciones en el Golfo de Ormuz o a un ciberataque, entre otras posibles represalias, según analistas.
Tras múltiples incidentes entre Estados Unidos e Irán y la aceleración de la crisis, los expertos no se imaginan la muerte del poderoso general, hombre clave del régimen de Teherán, sin respuesta.
“Hay un amplio espectro de respuestas posibles que no todas implican una acción militar o violenta”, matiza Heiko Wimmen, responsable de la organización Crisis Group para Siria, Líbano e Irán.
“Ninguno de los dos bandos quiere la guerra, ninguno de los dos tiene nada que ganar. El peligro es que estén en una colisión frontal, esperando que el otro retroceda. Si ninguno de los dos lo hace, puede terminar en un desastre”, afirmó a la AFP.
Estallido del teatro iraquí
Irák, donde la República islámica cuenta con un gran apoyo, debería estar en el centro de las primeras respuestas de Teherán, aunque sólo sea a través de sus milicias, aliados y otros simpatizantes.
“Irak se convertirá ahora en el primer campo de batalla”, estimó Alex Vatanka, experto de Irán en el Middle East Institute de Washington.
“Habrá mucha presión sobre la presencia militar en Irak”, opinó, recordando que los estadounidenses perderían mucho estratégicamente si se retiran.
En Bagdad, les comandantes de las facciones pro-Irán ya llamaron a sus combatientes a “estar preparados”. El líder chiita Moqtada Sadr reactivó el Ejército de Mehdi, su milicia disuelta hace una década tras haber acosado al ocupante estadounidense en Irak.
Acciones antiestadounidenses son también posibles en Líbano, posiblemente en Yemen o Siria, donde Irán es activo con sus aliados, como los hutíes yemenitas o el Hezbolá libanés.