ANKARA, Turquía, 5 de enero (AFP).- El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el domingo por la noche el inicio del despliegue de soldados turcos en Libia, después de que el Parlamento diera su visto bueno la semana pasada.
“La misión de nuestros soldados allí es la coordinación [...] Nuestros soldados están siendo desplegados progresivamente”, declaró a la cadena CNN Turk durante una entrevista.
Los diputados turcos aprobaron el jueves una moción para que el presidente Recep Tayyip Erdogan enviara militares a Libia para apoyar al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en Trípoli, contra las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este del país y respaldado por Emiratos Árabes Unidos y Egipto, aliados de los sauditas.
La decisión del Parlamento turco provocó una “grave preocupación” en la Unión Europea y llevó al presidente estadounidense, Donald Trump, a advertir a Ankara contra cualquier “interferencia extranjera” en Libia.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también advirtió, sin mencionar explícitamente a Turquía, del peligro que entraña “cualquier apoyo extranjero a las partes en guerra”.
El objetivo de Turquía “no es combatir” sino “apoyar al gobierno legítimo y evitar una tragedia humanitaria”, aseguró Erdogan el domingo.
Los oficiales superiores turcos se encargarán de labores de coordinación dentro de la “fuerza combatiente” para apoyar al GNA, explicó Erdogan.
Esa “fuerza combatiente” estará compuesta de “varias unidades”, indicó, sin aportar más detalles.
Libia está sumida en un caos de luchas de poder y de milicias armadas desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, tras una revuelta popular a raíz de la primavera árabe.
El país se ha convertido en terreno de lucha de influencias entre dos bandos: por un lado, Turquía y Catar, que apoyan al GNA de Fayez Al Sarraj, y por otro, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, que apoyan a las fuerzas del mariscal Haftar.
Milicianos atacan base de EE. UU. en Kenia
Milicianos del grupo islamista somalí Al Shabab atacaron este domingo una base militar utilizada por Estados Unidos y el ejército keniano en Lamu (norte), y causaron tres muertos, un militar estadounidense y dos subcontratistas del Pentágono, según el comando militar estadounidense para África (AFRICOM).
“Durante un ataque de Al Shabab [...] un militar estadounidense y dos subcontratistas de la secretaría de Defensa fueron abatidos” en la base de la bahía de Manda, según un comunicado.
Otros dos empleados del Pentágono resultaron heridos en la ofensiva. Su estado de salud es estable y están siendo trasladados a otro lugar, indicó el comando militar estadounidense.
Este ataque, que tuvo lugar en la madrugada de este domingo en la base conocida como Camp Simba, en la bahía de Manda, cerca de la turística y pintoresca isla de Lamu, es el último de la larga lista de los perpetrados por milicianos de Al Shabab en Kenia, después de que Nairobi envió tropas a Somalia en 2011 para combatir al grupo afiliado a Al Qaida.
El portavoz del ejército keniano, el coronel Paul Njuguna, declaró en un comunicado que “hubo un intento a las 05h30 de hacer una brecha en la seguridad en la pista aérea de Manda”.
“El intento fue repelido con éxito. Hasta ahora, se han encontrado los cuerpos de cuatro terroristas. La pista de aterrizaje no ha sido afectada. Tras este intento fallido se declaró un incendio que afectó a las reservas de carburante situadas en la pista de aterrizaje”, precisó.
Un informe de la policía al que tuvo acceso la AFP indica que dos aviones, dos helicópteros estadounidenses y otros “varios vehículos estadounidenses” fueron destruidos en la pista de aterrizaje.
El responsable de la policía local Irungu Macharia declaró que cinco personas fueron detenidas cerca del lugar y eran interrogadas.
La región de Lamu, situada cerca de la frontera somalí, es escenario frecuente de ataques de Al Shabab contra las fuerzas de seguridad y de colocación de bombas, en particular, en la orilla de las carreteras.