Miiles de manifestantes en Italia salieron a las calles para mostrar su oposición a las medidas de restricción anunciadas por el gobierno del país, para frenar la segunda ola de COVID-19.
Las medidas incluyen el cierre de cines, teatros y gimnasios, así como horarios reducidos para bares y restaurantes, por lo que los ciudadanos se mostraron descontentos alegando la pérdida económica que las reglas impuestas representan.
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Las manifestaciones se tornaron violentas al punto de terminar en enfrentamientos contra grupos policiales que custodiaron varias de las ciudades de Italia; los ciudadanos alegan que este año el país sufrirá su peor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial.
Cabe resaltar que el pasado fin de semana se habían comenzando a asentar grupos de manifestantes en la parte norte y sur de Italia, mismos fueron repetidos este lunes por la noche para evitar que las restricciones se lleven a cabo.
En Milán, donde existe el mayor número de contagios, varios centenares de manifestantes se confrontaron por la noche con las fuerzas de seguridad, se reportaron incendios de papeleras, ataques vandálicos contra tranvías, así como vitrinas de comercios rotas.
De igual forma, los manifestantes lanzaron botellas de vidrio, cócteles molotov y bengalas de humo a los agentes antidisturbios, quienes respondieron con gases lacrimógenos.
Otras ciudades con levantamientos parecidos fueron Turín y Nápoles, donde además varios miles de personas pidieron la dimisión del presidente de la región de Campania.
Se destaca la acción de la localidad de Pesaro, donde el propietario de un restaurante decidió invitar a 90 personas para expresar su rechazo a bajar la persiana de su local a las 18:00 horas, y se proclamó en contra diciendo que “Pueden detenerme, pero no cerraré”.
Por su parte, mañana presentará el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, planes de ayuda a las actividades y profesiones que más se han visto afectadas por las restricciones contra COVID-19.
Por Redacción Digital Por Esto! MF