Este martes se publicó la investigación en contra del exarzobispo, Theodore McCarrick, de Washington D.C., quien hoy tiene 90 años y cometió abusos sexuales a menores de edad y adultos por más de cuatro décadas, mismos por los que fue expulsado del sacerdocio.
En el reporte del Vaticano, se dio a conocer que el Papa Francisco, así como Juan Pablo II y Benedicto XVI conocían los rumores sobre su comportamiento, más no tomaron medidas debido a que sólo eran “chismes” y no contaban con pruebas que lo comprobaran.
No obstante, el Papa Francisco ordenó esta investigación en 2018, misma para la que se han realizado hasta 90 entrevistas con un total de cerca 30 horas de grabaciones; ello luego de unas cartas anónimas en las que se acusaba a McCarrick de abuso sexual.
En esta se señala mala información por parte de los obispos y los nuncios al Papa durante años en el Vaticano, así como desestimación de las denuncias anónimas por parte de las víctimas, superficialidad y de falta de investigación de una conducta considerada entonces impropia, pero que en realidad escondía reiterados abusos sexuales y de poder.
La historia de abusos ignorados por los Papas
El caso estalló cuando el exnuncio en Estados Unidos, Carlo María Viganò pidió en agosto de 2018 en una carta de once páginas, publicadas en medios católicos conservadores, la renuncia del Papa Francisco al asegurar que éste conocía ya desde 2013 las acusaciones que pesaban sobre el cardenal McCarrick.
Fue entonces que se inició este informe que buscaría dar transparencia a uno de los casos más controversiales de la iglesia católica, en el que se especifica que el "Papa Francisco había conocido sólo de oídas las acusaciones y rumores respecto a una conducta inmoral con adultos relativa al periodo anterior al nombramiento de McCarrik como arzobispo de Washington".
Y que, "considerando que las acusaciones habían sido ya examinadas y rechazadas por Juan Pablo II y considerando que McCarrik, que en 2013 tenía 83 años y estuvo en actividad durante el pontificado de Benedicto XVI, Francisco no vio necesidad de modificar la línea adoptada en los años precedentes", escriben en las conclusiones.
No obstante, se inició la investigación mencionada en la que se recoge un informe en el que uno de los testigos, al que llaman "cura 1" de la diócesis de Metuchen, afirmó que había notado las actividades sexuales de Mcarrik con otro sacerdote y que después lo intentó con él.
Asimismo, llegan una serie de cartas anónimas enviadas a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, al nuncio (embajador) y a varios cardenales estadounidenses de entre 1992 y 1993 que acusan a Mcarrik de abusos a menores.
Se sabía que el acusado había "compartido cama" con jóvenes adultos en la residencia del obispos en Metuchen y Nerwak y que también los llevaba en una casa que tenía cerca del mar en New Jersey. Dichas acusaciones fueron recogidas en una carta que el 28 de octubre de 1999 del cardenal John O'Connor, arzobispo de nueva York, al nuncio apostólico y que llega a Juan Pablo II.
O'Connor desaconseja su nombramiento porque considera que sería un gran escándalo. Juan Pablo II pide un informe al entonces nuncio en Estados Unidos, Gabriel Montalvo, quien pide su parecer a los cuatro obispos de New Jersey y, según la investigación, "las respuestas de los obispos confirmaron que McCarrik compartió cama con jóvenes", pero no indicaban con claridad que hubiera una "mala conducta sexual".
Según la Santa Sede, tres de los cuatro obispos "no proporcionaron a la Santa Sede informaciones completas ni cuidadosas sobre la conducta sexuales con los jóvenes, mayores de edad".
En un principio, el papa prefirió apartar la candidatura de McCarrik para Washington pero el 6 de agosto de dicho año, McCarrik escribe al secretario personal de Juan Pablo II, Stalisnaw Dziwisz, y asegura que "en los 70 años de su vida jamás ha tenido relaciones sexuales con ninguna persona hombre, mujer, joven o viejo, religioso o laico, ni ha abusado de una persona o la ha tratado sin respeto".
"McCarrick reconoció que compartió cama con seminaristas en la casa del mar y que fue algo imprudente, pero insistió en que no había nunca tenido una conducta sexual impropia y que todo eran calumnias".
Juan Pablo II creyó a Mcarrick, a quien conocía muy bien desde los años 70 y como presidente de la Papal Foundation, que recogía importantes donaciones para el Vaticano, y le nombró arzobispo de Washington.
Juan Pablo II y Benedicto XVI recibieron miles de dólares por parte de McCarrik
De acuerdo con el medio internacional, The Washington Post, McCarrik envió desde su cuenta, donde recibía las donaciones que recogía para la Iglesia en Estados Unidos, hasta 600 mil dólares durante casi dos décadas. Con lo cual, según el periódico, envió dinero a más de 100 funcionarios católicos, incluidos Juan Pablo II, quien recibió 90 mil dólares, y Benedicto XVI, 291 mil dólares.
Más tarde, en 2005 resurgieron las acusaciones contra McCarrik, de abusos sexuales a adultos, a lo que Benedicto XVI y se indicó a McCarrik que mantuviese un perfil bajo; sin embargo, éste no acató y continuó viajando por el mundo.
Fue hasta 2017, que se elaboraron denuncias fundadas de abusos a menores de edad cometidos por McCarrick, mediante cartas anónimas llegadas a los cardenales de Washington, con lo que se abrió un proceso canónico y con lo que el Papa Francisco le quitó el purpurado y lo dimitió del estado clerical.
Con información de EFE.
Redacción Digital Por Esto!
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