CASTILLEJOS, Marruecos, 2 de febrero (AFP.- Las mujeres “porteadoras” se han librado de su fardo pero se han quedado sin alternativas. El cierre del puesto fronterizo dedicado a esta actividad entre Marruecos y el enclave español de Ceuta ha desatado una crisis socioeconómica.
“¡Quieren hacer de nosotras mendigos!”, se lamenta Fátima. Esta mujer, de unos 50 años, ha trabajado toda su vida como porteadora entre la ciudad marroquí de Castillejos y Ceuta.
Como miles de hombres y mujeres marroquíes, Fátima cruzaba cada día la frontera de esta zona franca, con la espalda doblada por las mercancías españolas libres de impuestos que llevaba a los comerciantes de la ciudad.