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Adiós a Tony, el alma del Hotel Nacional de Cuba

Por Pelayo Terry CuervoFotos: Del autor y Granma(Exclusivo para Por Esto!)

LA HABANA, Cuba.- Una triste noticia removió este miércoles a miles de cubanos, al conocerse del fallecimiento de Antonio Martínez Rodríguez, director general del más emblemático de los hoteles cubanos, el Nacional de Cuba.

Tony, como lo conocía el pueblo y muchos de los visitantes y amigos de la instalación turística, trabajó hasta el último día de su existencia y deja un legado en quienes lo conocieron y compartieron con él momentos de su fructífera vida laboral.

Fue una de las figuras insignias en la promoción del turismo en el archipiélago, fiel discípulo del Comandante en Jefe Fidel Castro y amigo y colaborador del director general de los diarios Por Esto!, Mario Renato Menéndez Rodríguez.

Hace poco más de mes Tony compareció en el espacio Historias de Vida, del programa televisivo Mesa Redonda, momento en el que compartió interesantes momentos de su andar laboral y militar.

En la entrevista, Tony, con una modestia que llamaba a la imitación, narró detalles pocos conocidos de las frecuentes visitas que realizara al hotel el Líder Histórico de la Revolución Cubana, y contó acerca de la aplicación en la instalación de muchas ideas, siempre bajo el influjo de todo el colectivo del hotel.

Nació en 1944 en la barriada del Cerro, en La Habana, “a las puertas del Canal y oyendo los tambores de la comparsa El Alacrán”, recordó. Tenía 15 años al triunfo de la Revolución. Se crió desde que tenía un año con sus abuelos, a los que consideró sus padres.

“Yo tuve la vivencia de vivir en un lugar que no era malo, pero tenía enfrente tres solares, donde se vivía lo más tétrico que se pueda vivir. Veía una desigualdad tremenda, un racismo grande y junto con ello la contradicción de aquella sociedad”, rememoró en la entrevista, en la cual contó sobre sus estudios en una academia privada cerca de su residencia.

“En el capitalismo la gente se sentía hombre antes de cumplir una edad mayor”, manifestó y recordó su vinculación con actividades estudiantiles, y con las luchas contra la dictadura batistiana, pues “la discriminación en Cuba era muy fuerte. Mis amigos eran todos negros, yo soy así, y sentía aquello y trataba de defender que esa discriminación no la sintieran”, explicó en el programa televisivo.

“La pobreza era dramática, cuando llegaba el día de reyes iban los muchachos a la casa y decían que no les habían traído nada, que su mamá les decía que se habían portado mal, y había 3 o 4 muchachos llorando y yo le decía “abuelo porque no le compramos una pelotica a cada uno”; al final me las compraba, yo me sentía feliz pero, además, sentía mucha pena por esa gente, recuerda.

Del MININT al Turismo

A principios de la Revolución participó en la toma de una unidad de la dictadura en el Cerro, luego siguió estudiando por las noches, y en el año 1960 lo llaman para que se incorpore a la Artillería; de ahí mantuvo su vida militar hasta que pasó a trabajar al sector turístico.

Estuvo 28 años en el Ministerio del Interior (MINIT) y alcanzó el grado de General de Brigada. Se graduó de licenciatura en Derecho y fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por tres legislaturas, y antes de dirigir el Nacional asumió igual función en los hoteles Sevilla y Copacabana, ambos en la capital del país.

Para el filósofo, ensayista y escritor español Ignacio Ramonet, “muchas de las características y las singularidades del hotel tal como lo vemos hoy, las ha creado Tony, por ejemplo, La Barraca, uno de los restaurantes más emblemáticos, que está en los jardines, frente al mar, es una creación de él; también el panel donde se pone el menú de los famosos en el lobby del hotel, es una invención de él”, señala.

Atilio Borón, destacado intelectual argentino, lo define como un anfitrión excepcional. “Uno no tiene la sensación de estar en un hotel, yo que viajo muchísimo y voy a montones de hoteles de diferentes países, la verdad que la experiencia del Nacional es absolutamente única. Es más, cuando voy a otros hoteles llego malhumorado, porque no voy a encontrar un interlocutor, un director como Tony, que ha logrado instalar un clima en ese hotel que es realmente extraordinario, uno se inmersa en esa leyenda que tiene el hotel”, dijo el reconocido escritor.

Tan previsor como lo fue en toda su vida, hasta los últimos momentos, Tony batalló por su hotel, que va camino a sus 90 años y es Patrimonio de la Humanidad por sus históricos cañones, y ante la actual pandemia del coronavirus, acomodó la instalación con todas las condiciones para detectar posibles casos de la enfermedad.

Su amabilidad la conocí durante muchas de las visitas que realicé al hotel Nacional y siempre se le veía recorriéndolo, intercambiando con los turistas, saludando a todos a su paso. Puedo dar fe de ello.

En los minutos finales de la entrevista televisiva, Tony afirma que hay que reinventarse constantemente para hacer más eficiente una actividad consustancial al desarrollo económico y social del país.

“Una historia no la hace un hombre solo, ni una obra tampoco, quien crea que eso es así no lo ve bien”, sentenció, y con ello dejó para la posteridad una manera diferente de hacer y ver la vida.

Los diarios Por Esto! extienden sus más sentidas condolencias a Ana Rosa, su esposa, a sus hijos y nietos, a familiares y amigos y a los trabajadores del Hotel Nacional de Cuba, quienes, seguro, se sentirán acompañados por Tony en su quehacer diario, y lo recordarán como el hombre que supo ofrecer, de corazón, lo mejor de un ser humano: su alma para el bien de todos.

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