JERUSALÉN, Israel, 7 de marzo (AP).- Durante los últimos nueve meses, la policía israelí ha allanado el vecindario palestino de Issawiya en el este de Jerusalén casi todos los días. Ha registrado casas, emitido multas y detenido a jóvenes de hasta 10 años bajo sospecha de arrojar piedras.
Las operaciones con frecuencia provocan enfrentamientos, haciendo que más jóvenes les arrojen piedras y bombas incendiarias, pero la policía vuelve a responder con más presencia, alegando que es necesario mantener la ley y el orden.
Residentes y grupos de derechos humanos dicen que las redadas han creado una atmósfera de terror y los padres temen dejar que sus hijos jueguen afuera. Creen que la policía está usando Issawiya como ejemplo para que Israel pueda consolidar su control sobre Jerusalén oriental, de la cual se apoderó durante la guerra de 1967 y luego se anexó.
Murad Mahmoud dice que su hijo de 14 años ha sido detenido por la policía israelí en ese vecindario tres veces en los últimos dos años. Asegura que otro hijo, de 10 años, ha sido interrogado por agentes de policía vistiendo equipo de combate. En estos días, ha decidido mantener a sus seis hijos en casa la mayor parte del tiempo, temiendo cosas aún peores.
“Ni siquiera los dejo ir a la tienda de la esquina”, dice. “No sólo temo que sean arrestados. Temo que perderán un ojo o recibirán un disparo en la cabeza”.
El mes pasado, la policía le disparó en la cara a un niño de 9 años, quien perdió un ojo. Las autoridades dicen que están investigando el incidente.
No está claro qué provocó la represión, pero muchos residentes sienten que Israel quiere consolidar su control sobre el este de Jerusalén y está usando a Issawiya para que sirva como ejemplo.
Los palestinos de Jerusalén oriental tienen residencia israelí, pero pocos han aceptado la ciudadanía, ya sea porque no reconocen el control israelí o por el largo y complicado proceso de solicitud.
Eso ha dejado a muchos sintiéndose vulnerables.
Los grupos de derechos humanos dicen que las redadas van mucho más allá del objetivo de buscar a sospechosos de manera individual y equivalen a un castigo colectivo contra los 20,000 residentes del vecindario.