Pedro Díaz Arcia
El escritor francés Honoré de Balzac (1799-1850), un clásico de la novela realista del siglo XX, dijo: “Se puede vivir sin rey, pero no sin comer”. Parodiándolo diría “Se puede vivir sin rey, pero no sin salud”. Un nuevo combate entre el presidente Donald Trump y Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, dio comienzo.
El líder demócrata desafió de manera frontal a Trump al rechazar la prerrogativa del mandatario, quien dijo en una rueda de prensa el lunes que la “autoridad total” para decidir cuándo se reinician las actividades habituales en estados afectados por la pandemia, no corresponde a los gobernadores, sino al Ejecutivo.
En una entrevista concedida al programa “The Today Show”, Cuomo recordó al huésped de la Casa Blanca que “Fueron las colonias las que crearon al Gobierno Federal y no al revés”. Para agregar: “No tenemos un rey, tenemos un presidente”; por cierto, creo que bastante soberbio y errático.
Para el gobernador neoyorquino, jefe del estado con más del 30% de casos positivos y aproximadamente el 50% de las víctimas mortales en todo el territorio nacional hasta el mediodía del 14 de abril; y quien desde los inicios de la irrupción de la pandemia ha encabezado la batalla en su estado para limitar la propagación y los fallecimientos, debe resultar difícil asimilar una orden de esa naturaleza.
Sus argumentos se basan en que una reapertura temprana de centros de diversa índole debe responder a una decisión local para evitar nuevos contagios y muertes. En una conversación con CNN afirmó: “Si me ordenara reabrir el estado en una manera que pusiera en peligro la salud pública, no lo haría”.
La respuesta del presidente llegó por un mensaje en Twitter. El texto expresa que ante los ruegos de Cuomo por las necesidades del brote epidémico “Lo hice todo por él y por todos los demás, ¡y ahora parece querer la independencia! ¡Eso no sucederá!”
El debate legal entre abogados y otros expertos sobre quién tiene o no la razón, queda abierto. En este sentido, el gobernador de Pennsylvania Tom Wolf, afirmó: “considerando que tuvimos la responsabilidad de cerrar el estado, creo que tendremos la responsabilidad primaria de abrirlo”. ¡Qué sutileza!
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) dispuso condiciones para levantar la cuarentena en países en los que aún la pandemia haga estragos: controlar la transmisión del Covid-19; garantizar la atención en la sanidad pública; reducir al mínimo los riesgos en entornos abiertos; aplicar medidas preventivas y obligatorias en lugares con muchas personas; controlar el riesgo de casos importados; y pedir responsabilidad a los ciudadanos.
Desde hace días se rumoraba sobre la reapertura de actividades en varios territorios de la Unión; pero fue Cuomo quien anunció el lunes la integración de una coalición con homólogos de otros seis estados para coordinar un esfuerzo regional y comenzar a salir de la cuarentena. Además de Nueva York, se unirían en este empeño: Nueva Jersey, Connecticut, Pennsylvania, Rhode Island y Delaware; sin que las decisiones deban ser aplicadas por todos. California, Oregon y Washington, hicieron un anuncio similar.
El reto de los gobernadores debe tener doblemente preocupado a Trump, primero porque cubren un amplio y dinámico espectro en la lucha contra la pandemia; y segundo, porque según mis pesquisas todos son demócratas, incluyendo a dos gobernadoras (Jay Inslee), de Rhode Island, y (Kate Brown), de Oregon.