Internacional

Alfredo García

Mientras la clase científica del planeta dirige sus esfuerzos hacia el control del coronavirus, crece la incertidumbre sobre la pandemia económica que le sigue y los países, aún con grandes riesgos, planifican la apertura de sus economías con el propósito de impedir una crisis humanitaria.

Brian Moynihan, gerente del Bank of America, durante una entrevista el pasado domingo en el programa de CBS News, Face the Nation, declaró que los analistas de su institución financiera no esperan que la economía se recupere al nivel que tenía antes de la pandemia de coronavirus hasta fines de 2021. “Según nuestras estimaciones, nuestros expertos piensan que es a fines del año próximo, cuando la economía vuelva al mismo tamaño que antes”, afirmó el experto financiero.

Por su parte el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, brindó una pincelada de optimismo durante una reciente entrevista con Fox News: “Creo que cuando comencemos a reabrir la economía en mayo y junio, verán que la economía realmente se recupera en julio y agosto, septiembre”, aseguró Mnuchin.

En EEUU como en la mayoría de los países, la economía está sufriendo su mayor recesión en décadas. La pandemia ha obligado a los gobernadores a ordenar el cierre de todos los centros productivos y de negocios excepto los esenciales, en un esfuerzo por garantizar el aislamiento individual y frenar la propagación de la epidemia, a pesar de las presiones del presidente Trump en favor de una apertura económica.

En 2008 la recesión económica en EEUU provocada por una crisis crediticia-hipotecaria y de confianza en los mercados, tuvo también un impacto mundial. Durante el 2009 Estados Unidos alcanzó un 10% de desempleo, la economía se contrajo 2.7%, mientras más de 11 millones de personas perdieron sus viviendas. La audaz iniciativa del presidente, Barack Obama, con un millonario paquete de estímulo económico, reducción de impuestos, extensión de beneficios a trabajadores, inicio de innumerables obras de infraestructura, rescate financiero de la industria automotriz y del sistema bancario, permitió que 6 meses después comenzaron a verse las primeras señales del fin de la recesión.

En esta ocasión la inesperada pandemia del coronavirus aparece en medio de una creciente crisis económica mundial provocada por la guerra comercial entre EEUU y China, así como graves contradicciones económicas entre Washington y Bruselas, donde analistas coinciden en pronosticar que la amenaza de recesión causada por la moderna “peste”, será peor que la crisis financiera mundial durante la década de 1930.

En 1929 la recesión económica causada por la especulación bursátil en Estados Unidos, se extendió como una pandemia con efectos devastadores en todos los países ricos y pobres. Cayó la renta nacional, ingresos fiscales, beneficios empresariales y precios en la agricultura. El comercio internacional descendió hasta un 66%. El desempleo en los Estados Unidos alcanzó 25% y en algunos países hasta el 33%. Ambas recesiones económicas sacaron a la superficie la desenfrenada codicia y el egoísmo oculto en la política neoliberal.

La recesión económica de 1930 transformó al mundo. En Estados Unidos facilitó la elección del presidente, Franklin D. Roosevelt, con un programa reformista (New Deal) que marcó el comienzo del fin de la crisis y el inicio de una profunda transformación económica y social de la sociedad norteamericana, aunque también impulsó la aparición del fascismo alemán y de la II Guerra Mundial. La recesión económica y la pobreza, van de la mano. ¿Contribuirá esta vez la terrible simbiosis virus-pobreza, a mayor humanismo o más egoísmo?.