WASHINGTON, Estados Unidos, 2 de abril (AFP).- Las demandas de subsidios por desempleo marcaron un nuevo récord la semana pasada en Estados Unidos con 6,6 millones de solicitudes, en momentos en que la epidemia del coronavirus ha obligado a cerrar empresas en todo el país, informó este jueves el Departamento de Trabajo.
Estos datos de la semana terminada el 28 de marzo representan el doble de las peticiones registradas la semana anterior cuando 3,3 millones de trabajadores solicitaron beneficios por desempleo, lo que entonces ya marcó un récord semanal.
En Estados Unidos, donde la epidemia se ha cobrado más de 5,000 vidas y hay más de 200,000 casos confirmados, ciudades vibrantes se han convertido en lugares fantasmas con los negocios cerrados y las calles vacías.
En este contexto en que las autoridades intentan atajar el avance de la epidemia -que en el mundo ha dejado más de 940,000 infectados y más de 47,000 muertos-, los únicos lugares abiertos son las tiendas de comida y los hospitales.
Estas cifras de desempleo son peores que las estimaciones más sombrías de los economistas y reflejan un creciente daño a la economía estadounidense a medida que avanza la pandemia y las medidas de confinamiento son más severas.
“Casi cada estado (que reportó sus cifras de pedidos de subsidios por desempleo) incluyó comentarios que citaban el COVID-19”, indicó el reporte, que muestra impactos más marcados en sectores como la hotelería, pero también en la actividad manufacturera y el comercio minorista.
Estas cifras revelan la magnitud que tendrá esta crisis, ya que son las primeras desde que las medidas de confinamiento y las restricciones se hicieron más generales en el país, que esta semana pasó a ser la nación con más casos registrados en todo el mundo.
El miércoles el indicador ADP, que mide las nóminas en el sector privado, mostró que 27.000 empleos se perdieron en el balance entre puestos creados y puestos que se cierran, pero esta encuesta es mensual, por lo que los datos no reflejan el rápido cambio de la situación.
Sin embargo, este marcador mostró un indicio preocupante de que las pequeñas empresas habían perdido empleo a un ritmo que no se veía desde la peor parte de la crisis financiera global a principios de 2009.
“Sin palabras”
Según analistas, los datos de abril pueden ser desastrosos y mostrar cifras que hubieran parecido inimaginables hace pocas semanas, en el rango de 10 a 20 millones de solicitudes de subsidio.
Algunos economistas predicen que puede darse la peor erosión del empleo desde la Segunda Guerra Mundial.