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Internacional

Con todas las mentes, las manos y la fe

Jorge Gómez Barata

A los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y otros organismos, los cuales anuncian que, en la zaga de la COVID-19 se desatará una crisis económica mundial nunca vista; respecto a Cuba un poco numeroso grupo de intelectuales cubanos, incluyendo ex funcionarios de niveles altos y medios y académicos, suman sus criterios y realizan propuestas para que Cuba, no sólo sobreviva, sino avance y, una vez más, salve su proyecto socialista.

Para el pronóstico respecto a Cuba se toma en cuenta la escasez relativa de recursos naturales, la persistencia del bloqueo de Estados Unidos, la dependencia del comercio exterior, los gastos generados por eventos naturales adversos, y las consecuencias económicas de la pandemia, entre ellas: cero ingresos por concepto de turismo, baja de los precios de exportaciones y encarecimiento de las importaciones, dificultades para colocar exportaciones, merma de las remesas y una inevitable contracción de las inversiones.

Ese escenario generará una mayor carencia de divisas que hará difícil pagar deudas, importar combustibles, alimentos y materias primas, equipamiento e insumos imprescindibles para la industria, la agricultura y los servicios, lo cual determinará la paralización de algunas industrias, incrementando el desempleo y el subempleo. Sólo en el sector del turismo quedarán disponibles unos 70,000 trabajadores especializados y bien remunerados.

Todo ello indica que en la salida de la COVID-19, agotada por el esfuerzo económico que puede haber incrementado los gastos del gobierno hasta en un 10 por ciento y reducido otro tanto los ingresos fiscales, Cuba encarará una disminución de su PIB entre un 3.7 y un 4.7 lo cual implicará un crecimiento de menos 3 por ciento (-3 %).

No obstante, todos los estimados no son apocalípticos ni negativos.

Pedro Monreal, un economista cubano cuya calificación está fuera de dudas, estima que: “El establecimiento de pequeñas y medianas empresas privadas en Cuba (PYMES) pudiera aumentar el Producto Interno Bruto entre un 1.5 y 1.7%”. Esa proyección, según comentarios de Joaquín Benavidez, ex ministro de Trabajo, realizada: “Sobre la variante más baja… puede ser sustancialmente mayor”.

Las PYMES, cuyo establecimiento ha sido endosado por varios congresos del partido, forman parte de los lineamentos y de la conceptualización del modelo socialista cubano y está amparada por la Constitución vigente, pudieran imprimir dinamismo a la economía nacional, aliarse de muchas maneras con empresas estatales y cooperativas, participar de las importaciones y generar exportaciones, y en su primer año, absorber parte de los cuentapropistas golpeados por la crisis y generar no menos de 100,000 empleos, al menos una tercera parte calificados.

Obviamente, aunque dinámico y rápido, el establecimiento de PYMES en Cuba sería un proceso ordenado y regulado en el cual los criterios del estado se armonizarían con los de los emprendedores para avanzar en las áreas de mayor interés social e impacto económico. El Estado cubano tiene la posibilidad de diseñar y construir su propio sector privado para aproximarlo a los preceptos del socialismo.

El fomento del sector privado, que un día fue parte del problema y ahora lo es de la solución, tiene el encanto de no necesitar que el Estado erogue ni un centavo, no requiere de costosas campañas para convencer a los emprendedores, no necesita de onerosos mecanismos de control para evitar la corrupción ni requiere que sea privatizado un solo local ni un metro de tierra.

Aunque son válidas las alertas, no se trata de reinstalar el capitalismo, cosa que algunos temen, sino de utilizar sus métodos y sus mecanismos de gestión para impulsar el socialismo de nuevo tipo. El capitalismo no es una forma de gobierno, sino un modo de producir, en este caso una herramienta y, las herramientas no son buenas ni malas.

(Artículo aludido: https://elestadocomotal.com/2020/04/28/el-establecimiento-de-pymes-en-cuba-pudiera-aumentar-el-producto-interno-bruto-entre-15 y 17).

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