Internacional

La 'inocencia” de Estados Unidos

Pedro Díaz Arcia

El fin de semana cerró con el alto nivel de difusión informativa que es habitual con relación a la pandemia; aunque sumado a un hecho vergonzante: la embajada de Cuba en Washington fue atacada en horas de la madrugada del jueves: algo inaceptable, pero no improbable por el clima intolerante hacia la isla caribeña.

El gobierno cubano espera por los resultados de la investigación por parte de las autoridades estadounidenses. El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez subrayó el deber de los Estados de proteger a las misiones diplomáticas acreditadas en sus países.

No debemos culpar a priori, pero la narrativa satanizada de la Casa Blanca contra Cuba provoca reacciones de naturaleza violenta contra nuestros diplomáticos y otros connacionales que no comulguen con la ideología imperante en el país vecino.

Cuando en mayo de 2017, en una entrevista con el periodista Bill O’Reilly de la cadena Fox News, éste se refirió a Vladimir Putin, como “un asesino”, Trump le respondió: “Hay muchos asesinos. Nosotros tenemos muchos asesinos. ¿O usted cree que nuestro país es tan inocente?”.

Realmente, Estados Unidos no es inocente. Sí, son responsables de innumerables actos de genocidio contra el pueblo cubano, quizá el más conocido es el bloqueo económico, financiero y comercial contra la isla, agudizado en medio de la crisis sanitaria.

En relación con la panorámica mundial destaca el incremento de tensiones entre Estados Unidos y sus grandes “enemigos”: China y Rusia. Trump no se cansa de acusar al Gobierno asiático de ocultar información sobre la aparición del nuevo virus.

La insistencia del mandatario norteamericano con el fin de ocultar el caos que vive el país por su terca ignorancia y perjudicar la imagen de su mayor contrincante comercial, ha contribuido a desatar una ola de demandas contra Beijing que va desde el Estado de Missouri, Estados Unidos, hasta Australia, exigiendo a China compensaciones billonarias por su presunta responsabilidad al no avisar a tiempo a la comunidad internacional sobre el brote.

Tribunales norteamericanos y de Argentina se han sumado a la querella; así también grupos de abogados que en varias naciones iniciaron o promueven demandas colectivas. Hay países europeos que quieren participar en la “piñata”. Aunque los disparos podrían salir por la culata. No será fácil el litigio internacional.

Al respecto, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, denunció la tentativa de inculpar a China y a la OMS de encubrimiento sobre el origen de la enfermedad, para ocultar las graves crisis internas en sus países por el mal manejo de la pandemia.

En una rueda de prensa el jueves, Trump dio a entender que se podría incorporar a los querellantes al señalar que “hay formas más fáciles de lograr reparaciones o indemnizaciones” de China.

La elección presidencial en noviembre, de no suceder algún contratiempo, tiene al presidente en un puro nervio a partir de los resultados de las últimas encuestas. La politización de la crisis forma parte de su campaña que, entre paréntesis, hace aguas según las últimas encuestas.

Ante este escenario, el magnate cree que Beijing hará todo lo que esté a su alcance para evitar que permanezca en la Casa Blanca y beneficiar al “inepto” Joe Biden en su aspiración; lo que evitaría la presión comercial que él ejerce sobre el líder chino.

En un momento en que Estados Unidos está en el umbral de una recesión económica, Trump debía pensar en cómo salir del atolladero y dejar de buscar la paja en ojo ajeno.

En una conferencia de prensa hace poco dijo lastimero: “Tuvimos la mejor economía de la historia”. Habló en pasado.