Internacional

Quieto en base

Evitar un rebrote es el derrotero ahora de las autoridades sanitarias y políticas en Cuba / Las cifras son muy alentadoras pero las restricciones se mantienen / Será palatina la vuelta a la normalidad

Por Marina MenéndezFotos: Lisbet Goenaga(Especial para Por Esto!)

LA HABANA, Cuba.- Algunas calles céntricas están más llenas que días atrás, aunque la mayoría de las familias, sobre todo las personas mayores, se mantienen en confinamiento.

Prestos siempre al encuentro entre vecinos, a las reuniones familiares y, si fuera posible, al jolgorio, los cubanos esperan ansiosos el levantamiento de las medidas restrictivas que, entra otras decisiones, han permitido frenar aquí la Covid-19.

Sin embargo, se mantendrán todavía el distanciamiento social y el resto de las decisiones implementadas desde la irrupción de la pandemia en la Isla el 11 de marzo, y pese a resultados que indican un comportamiento favorable reconocido ya, con todas sus letras, por las autoridades, a pesar de que estas evitan alentar un optimismo desmovilizador y, por eso, peligroso.

Nadie habla de restablecer las clases ni las actividades laborales o recreativas que han sido suspendidas o se realizan a distancia. Todo sigue, por el momento, igual.

“Que no tengamos rebrote es la quimera y, por supuesto, llegar a la vacuna cubana lo más rápido posible”, dijo en reciente encuentro con una representación de los científicos, el Presidente, Miguel Díaz-Canel.

Así como ciertas medidas restrictivas como las cuarentenas se declararon de acuerdo a las circunstancias de cada localidad, la llamada vuelta a la normalidad —que aquí se denomina recuperación, pues quedará mucho por hacer— será paulatina.

Lo adelantó el propio mandatario durante aquella reunión, el miércoles. “El paso a la etapa de recuperación hay que hacerlo de manera gradual y por fases, sin apresuramiento”, indicó.

Son las cifras, las que hablan de ese resultado encomiable, y todavía relativo, sobre el virus. Aunque este sábado resultaron positivas 15 pruebas de las 1,718 realizadas la víspera en todo el país, ello representó un índice de apenas 0,87 por ciento en esa jornada, luego de dos semanas con porcentajes muy bajos en comparación con momentos en que los reportes llegaron al pico de más de 70.

De las 15 provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud, en cinco de esos territorios no se ha reportado casos en los 15 días más recientes y, exceptuando a Matanzas y La Habana, con 8,2 casos y cinco casos, respectivamente, por cada cien mil habitantes, el resto de provincias no rebasa el uno por cada cien mil.

Del total de 1,681 casos reportados desde el 11 de marzo a la fecha, el 86,5 por ciento de los diagnosticados ya están bien y en sus casas, aunque algunos todavía bajo vigilancia durante 14 días. Que las altas médicas constituyan mayor cantidad que los ingresos resulta aquí el índice principal para que las autoridades estimen que el paso contra la pandemia es bueno. Ahora mismo solo permanecen transitando por la enfermedad un total de 177 —son los llamados casos activos—, y el97,5 por ciento de ellos presenta una evolución favorable.

También se ha mantenido muy contenida la cifra de fallecidos durante la última semana, en que han perecido solo dos pacientes, lo cual se adjudica al perfeccionamiento en la medicación de todos los casos desde que son considerados, apenas, sospechosos. Pero, especialmente, gracias a la inclusión de dos nuevos fármacos en el protocolo de 21 medicamentos que se aplica a los pacientes graves y de cuidado.

Descuellan entre esas medicinas el conocido como Anti CD6 y el CIGB 258, ambos productos cubanos, y cuya aplicación en pacientes graves y críticos propició tasas de supervivencia superiores en unos casos al 80 por ciento y, en otros, al 90 por ciento de los pacientes que los recibieron.

En tanto, se ha extendido el empleo del Interferón Alfa 2b y el Interferón Alfa + Gamma, productos también de la biotecnología nacional, suministrados a pacientes asintomáticos pero positivos, con morbilidades o no, como monoterapia, es decir, sin otros medicamentos.

Los “silenciosos”

Sin embargo, es en el área de lo social donde radica la posibilidad de que el virus resurja, algo comprobado en otras naciones donde se habla de segundas oleadas que, en alguna medida, se deben a los contagiados silenciosos: esos portadores todavía sin síntomas que propiciaron, en los inicios de la epidemia en China, su propagación allí y en el mundo.

Un interesantísimo estudio realizado por científicos de varios países y recién publicado en la revista Frontiers in Medicine y, ahora, en el portal Infomed del Ministerio de Salud Pública cubano, analizó el estallido de la enfermedad en la localidad china de Wuhan y concluyó que, en la expansión global del COVID-19, se conjugaron factores biológicos pero también sociales.

Entre esos últimos se incluyen dos celebraciones locales realizadas en Wuhan por esos días de diciembre pasado: la llamada Gran Fiesta de la Familia y el Año Nuevo Chino, que congregaron a miles de personas junto a portadores aún sin sintomatología; estos fueron el factor biológico.

Otra de las esferas en que se mantiene prioritaria atención en Cuba es, precisamente, la búsqueda de los asintomáticos mediante el chequeo y hospitalización de todos los contactos de las personas infectadas, en primer lugar.

Además, se mantiene la pesquisa casa por casa buscando dolencias que sugieran la presencia del Sars-Cov 2, y se han alistado autopesquisas on line que las personas pueden realizarse a sí mismas para avisar a las autoridades si han evidencia de contagio.

A ello se agrega la práctica aleatoria de pruebas de diagnóstico en sitios aparentemente sanos. Ello permitió la detección reciente de un caso impensado en la provincia de Las Tunas después de muchos días de cero reportes en esa provincia, de otro en la occidental Pinar del Río, y de un tercero en La Habana: tres focos que habría provocado, tal vez, que enfermaran decenas de personas.

En ese deseo previsor se inscribe un estudio de seroprevalencia (anticuerpos) y de prevalencia del COVID-19, primero que se pone en práctica en la región americana, y que mide la presencia de anticuerpos generados por el organismo. La investigación se realiza en casi 4,000 personas.

Concluidos los sucesivos cortes valorativos, se tendrán elementos para realizar estimaciones sobre el estado inmunológico de la población, tanto en personas con síntomas como asintomáticos, entre otros indicadores.

Un dato curioso y aleccionador ilustra acerca del peso que tienen los asintomáticos en la propagación de la enfermedad, entre otros elementos ofrecidos este sábado, en su habitual conferencia de prensa diaria, por el Doctor Francisco Durán, jefe de Epidemiología en Cuba.

Del total de 1,681 casos identificados y tratados en la Isla hasta este momento, 967 presentaban síntomas en el momento del diagnóstico. Es decir, que 714 ¡estaban contagiados y aún no lo sabían!