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WASHINGTON, Estados Unidos, 6 de mayo (AFP).- Al menos 30,000 reclusos y trabajadores de penales de Estados Unidos han contraído el nuevo coronavirus, según datos publicados el miércoles, lo que contribuye al actual aumento del número de casos fuera de los grandes focos iniciales de la pandemia en el país.

Unos 21,000 reclusos y 9,000 agentes son casos confirmados, según cifras recogidas por la facultad de derecho de la Universidad de California en Los Ángeles. Entre ellos, 285 reos y 34 funcionarios murieron.

Las estadísticas oficiales van rezagadas con respecto a estas cifras obtenidas de forma independiente por los investigadores.

En un informe publicado el miércoles, los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) informaron de 4,893 reclusos y 2,778 empleados del servicio penitenciario infectados hasta el 28 de abril, en 420 cárceles y centros de detención en 32 estados.

Según este estudio, murieron 88 prisioneros y 15 agentes contaminados.

Pero estas cifras subestiman ampliamente el alcance del contagio en las cárceles, como advierten los propios autores del informe, porque casi un tercio de las jurisdicciones consultadas no han respondido y porque a muchos de los reclusos contaminados no se les ha realizado la prueba diagnóstica.

En el estudio de los CDC, la mitad de las cárceles reportaron casos solo de empleados y no de reclusos.

Las cárceles combinan factores que favorecen la pandemia: celdas hacinadas, personal sobrecargado de trabajo, presos que a menudo sufren patologías preexistentes y dificultad para desinfectar regularmente.