Internacional

Hecho en Japón ocupado

Edgar A. Santiago Pacheco

A ochenta y un años de la segunda guerra mundial -1939-1945-, sus efectos en la vida de millones de seres humanos, vencedores o derrotados, podemos afirmar que fueron abrumadores, sin embargo, la memoria humana cómoda como sólo ella, va permitiendo gradualmente el olvido sobre todo de las atrocidades que naciones y hombres cometieron. No obstante, la terca memoria histórica no necesita más que de un olor en el aire, un fragmento de un objeto, una frase para, regresarla al presente.

Un pequeño alhajero en forma de piano, viejo pues así lo mostraba un dorado triste, ya difuminado en todas sus partes, hecho con una mezcla de metales de cierta calidad, con acabados y detalles en la medianía, exhibía un grabado a relieve de elementos musicales con fondo rojo en la parte superior. Sin mayores pretensiones que el de ser útil o curioso para un nuevo dueño, yacía entre los objetos de una casa a desocupar de un amigo.

Nuestro interés en el surgió al mirar la parte de abajo, un pequeño grabado nos puso a prueba, prueba de la cual salimos reprobados, pues tuvimos que recurrir a nuestros lentes. En un breve texto se leía “Made in occupied Japan”, encima de él un águila de frente con las alas abiertas y las iniciales SNK –sello del fabricante-, al lado izquierdo del grabado se había escrito a lápiz por suponemos el primer adquiriente lo siguiente “19 de mayo de 1950”. Inquiriendo sobre su origen, nos comentó el amigo, que probablemente había sido un regalo a su padre por parte de un marino de la otrora famosa marina mercante.

El término de “hecho en Japón ocupado” o “Japón ocupado”, fue utilizado después de la Segunda Guerra Mundial para la exportación japonesa de 1945 a 1952, pues ante la necesidad nipona de reconstruir su economía en ruinas, Estados Unidos como parte del acuerdo para exportar bienes fuera de su país, los obligo a marcar al menos el 50% de todos los artículos que producía con alguno de esos textos, hay pues productos de este período que no tienen la leyenda. La inscripción se hizo sobre toda clase de productos, siempre y cuando fueran para exportación, piezas de porcelana, cerámica, juguetes, cámaras fotográficas, adornos, alhajeros, recuerdo una elegante cafetera de porcelana con esa inscripción, que en algún momento vi en mi paso por los tianguis de la ciudad.

Estados Unidos ocupó Japón desde agosto de 1945 hasta el 28 de abril de 1952 pero también participaron en la ocupación sus aliados, tal es el caso de Canadá, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda, la frase en cuestión es muy probable fuera en algún sentido cultural y político, una forma de humillación y de hacer pública y constante su derrota, sin dejar de lado alguna razón económica. Hoy en día encontrar esa frase en un producto garantiza su fabricación en estos años de la postguerra y es apreciada por algunos coleccionistas.

Indistintamente del valor que puedan asignarle algunos interesados, la lectura de esa frase en un objeto, nos permite evocar los peligros de la guerra, la violencia entre naciones y sus funestos resultados para millones de personas. El olvido en casos como este no creo sea perdón, más bien es cinismo histórico que muchas naciones practican. En la visión humanista del historiador está el no dejarlos navegar tranquilos por los ríos de la desmemoria.